Adrián Rueda – Se achimoltrufia Lajous

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23 de Abril de 2019

 

Así como decía una cosa decía otra, era la característica de La Chimoltrufia, personaje del programa de Chespirito a la que no se le entendía mucho.

Y eso le pasa al secretario de Movilidad, Andrés Lajous, que en menos de cuatro meses al frente de esa área ha modificado ya cuatro veces el Reglamento de Tránsito, y todo porque ni él mismo se entiende.

Es que no es lo mismo ser activista y estar criticando desde las redes sociales, que ser autoridad y lidiar con tantos intereses y mafias encarnados en las áreas de movilidad de esta gran capital.

Un día asegura que 11 vialidades, que Miguel Ángel Mancera secuestró al bajar el límite de velocidad a 50 kilómetros por hora, volverían a circular a 80, ojalá se pudiera.

Al otro día se arrepiente y dice que mejor no, que de las 11 vías que circularían a 80, tres regresarán al límite de 50, y sólo él sabe por qué ese cambio de opinión, que lo único que genera es confusión entre los automovilistas.

Se supone que ayer entró en vigor el sistema de foto-cívicas, que son sanciones que los infractores viales pagarán con trabajo comunitario, y que sustituyen a las foto-multas, que fue el gran negocio de los amigos de Miguel Ángel Mancera.

Mientras Lajous organiza su cabeza para ver qué es lo que quiere, la ley dice que la velocidad límite en cada vialidad la marcan los señalamientos viales, por lo que quien se base en ello no estaría violando el Reglamento de Tránsito.

El problema de ser chimoltrufio es que les da armas a los ciudadanos para desconocer cualquier sanción y recurrir al amparo, pues como no saben bien qué es lo que está permitido y qué no, tienen derecho a defenderse.

Pero así como les da armas a los ciudadanos, igual se las da a los policías para tratar de confundir a los automovilistas y clavarles el diente —que ni les gusta—, para no reportar una infracción que le baje puntos… ¡a su placa!

Porque, además de las cámaras que registrarán los límites de velocidad, los tránsitos podrán sancionar igual por estar mal estacionados, pasarse un alto, dar vuelta prohibida o circular en sentido contrario.

Habrá que ver de qué humor se levanta mañana Andresito, porque aún no decide si la avenida Insurgentes la baja a 60 kilómetros —no a 50—; cuestión de consultarlo con la almohada para sorprender mañana a los capitalinos.

Ése es el riesgo de poner a académicos en los puestos clave del Gobierno, pues su curva de aprendizaje de la realidad es lenta, y sus armas muy limitadas al desconocer el arte de la política como parte de las soluciones.

Pero así lo quiso Claudia Sheinbaum y todo mundo a amolarse.

 

CENTAVITOS…  Por cierto, otro detallito que se le pasó a Lajous fue no dejar en la ley la estricta prohibición de que los scooters sean aparcados en las banquetas; mucha chamba tendrá el consejero Jurídico capitalino Héctor Villegas, pues los amparos estarán en barata.

 





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