Alberto Barrera Tyszka presenta su más reciente novela ‘Mujeres que matan’

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CIUDAD DE MÉXICO.

Una distopía que transcurre entre libros, violencia, asesinatos y círculos de lectura. Eso construyó el narrador Alberto Barrera Tyszka (Caracas, 1960) en su más reciente novela, Mujeres que matan, en la que un grupo de mujeres se refugia en un círculo de lectura para escapar de esa sociedad en manos de un Alto Mando que por momentos recuerda al Gran Hermano de George Orwell. A su vez, la historia explora el funcionamiento y la efectividad de los círculos de lectura, la existencia de los libros de autoayuda e indaga en ese universo femenino que se refugia en una burbuja que más tarde lleva a convertirse en cómplices y asesinas.

Recuerdo que en Caracas empezaron a formarse muchos círculos de lectura ante una realidad inhóspita, difícil, de represión. Había grupos de mujeres que se reunían a leer libros y yo sentía que estaban buscando espacios de oxígeno, burbujas para protegerse en ese caos y quería hacer eso y pensé ubicarla en México, pero no pude y tampoco quise que fuera Venezuela. Ahí nació la idea de esta novela y construí una sociedad sin nombre”.

Barrera Tyszka, afincado en México desde hace años, dice que su proceso de escritura no cuenta con un plan. “Nunca sé bien lo que quiero escribir y sólo tengo ideas, algunos desafíos formales. En este caso sólo quería meterme en el tema de la indagación de lo femenino y la violencia”, detalló en entrevista. Pero en Mujeres que matan, publicada por la editorial Penguin Random House, el autor dibuja una ciudad en donde las personas no muestran interés por la violencia o los suicidios, sino en qué mercado hay pollo o en dónde ubicar un poco de harina, arroz o medicinas, una metrópoli que describe de la siguiente manera:

La ciudad parecía estar llena de zombies o de fantasmas, deambulando, caminando sin sentido, en cualquier dirección… Muchas calles estaban vacías. Otras, llenas de gente formada en fila esperando su turno frente a un mercado o una farmacia. Era común encontrarse a personas hurgando entre bolsas de basura, buscando comida”.

Más allá de ese telón de fondo, explica, su interés está en ese universo femenino que desembocará en tragedia. “En esta novela se narra un tiempo presente donde un muchacho trata de entender por qué su madre se suicidó y, al mismo tiempo, hay un presente donde un narrador cuenta lo que fue el club de lectura en el que participó su madre y cómo ese club de lectura se convirtió en cómplice de varios asesinatos”.

¿Planteó una crítica a los clubes de lectura?, se le inquiere. “Sí, aunque las mujeres de mi club son éticas, decentes, buenas y al mismo tiempo son víctimas, así que juego a algo tan antiguo como la lectura misma: la locura que puede o no destapar los libros”.

¿Puede la lectura provocar locura? “Quizá lo hace por casualidad… o no. Pero sí hay procesos internos que todos vivimos. De pronto, a partir de un libro o una lectura se produce esa especie de cortocircuito en nosotros”.

Entonces, estas mujeres que leen un libro de autoayuda, añade, el cual se instala contra el amor romántico desata una lucha entre dos posiciones. “Una de ellas no quiere que se lea ese libro, porque le parece una tontería, y ese libro le sirve para justificar una serie de actos violentos.

 

DESDÉN POR LO COMERCIAL

 

También guionista, poeta y columnista, Barrera Tyszka reconoce que el guionismo ha influido en su literatura en la forma como maneja los diálogos de sus personajes. “Reconozco que mis novelas se enriquecen de mi oficio en televisión y que hay algo de eso. Digamos que hay un tono que me gusta, con frases cortas, imágenes visuales y la rapidez. Yo me cuido de los adjetivos, de la oración subordinada y de no hacer mucha descripción. Así que hago una elección en la forma como me gusta escribir, elección para cazar al lector y retarlo a que lea la primera página y ya no pueda soltar el libro”.

¿Por qué aludir a Venezuela de forma indirecta? “Porque me interesa y me duele ver así a mi país, sometido, en este momento de escasez, con un problema que nace con la injusticia y la impunidad. Entonces ahí viene una de las preguntas esenciales: ¿qué hace una mujer, una ciudadana frágil y vulnerable en una sociedad, cuando es víctima del poder establecido, cuando pierde una hija y quien la mató es la propia autoridad?”.

¿En este libro también critica los libros de autoayuda? “Los que escribimos literatura siempre hemos tenido cierto desdén, quizá envidia (bromea) cuando un escritor de autoayuda tiene mucho éxito comercial. La escritura literaria resiente ese éxito, porque es el éxito que le gustaría tener”.

¿Qué opinión le mereció la visita de Nicolás Maduro a México? “Fue una cuestión de Estado y Andrés Manuel López Obrador tenía el derecho de invitarlo. Lo que sí creo es que Maduro representa todo lo que (el nuevo presidente de México) dice que quiere cambiar: la mafia del poder”.

 

cva

 





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