Beatriz Gutiérrez Müller explora el nexo política-literatura

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TEPIC.

Se puede ser un gran escritor y ser un cobarde políticamente; o, viceversa, ser un político con arrojo y ser un mediocre en las letras”, sentenció ayer la escritora Beatriz Gutiérrez Müller (1969). “Lo importante para mí es la vinculación de su compromiso político con la escritura, que son cosas que no necesariamente están implicadas”, aclaró a propósito de dos poetas y políticos cuya obra estudia: Solón Argüello Escobar (1879-1913) y Marcelino Dávalos (1871-1923), ambos relacionados con la lucha maderista por la democracia.

El nicaragüense Solón Argüello fue el editor de la revista Tepic literario, que publicó 13 números entre 1907 y 1908; diez de los cuales se rescatan en la edición facsimilar Tepic literario, revista mensual de literatura, variedades y anuncios (1907), con nota introductoria de Gutiérrez Müller, que se presentó en la Plaza Bicentenario.

Y el jalisciense Dávalos es el personaje que estudia la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador para el nuevo libro de la colección Maderistas, publicada por Ediciones del Lirio, para recuperar la memoria de intelectuales cercanos a esta gesta revolucionaria.

Ante las 400 personas que se dieron cita en la Carpa Amado Nervo, primero para la inauguración del Festival Letras en Tepic, y después para el conversatorio en tono al facsímil sobre Tepic literario, la escritora comentó que, “ahora que los veo a todos, me pregunto: ¿cuánto fervor literario hay en Tepic, que surge una revista como ésta? Sea porque vienen por las personalidades que están hoy aquí o por curiosidad, me gusta esto”.

Explicó que Tepic ha demostrado históricamente ser una ciudad letrada. “Prueba de ello es que esta revista existía, que se nutría de varias ciudades como Lagos de Moreno, San Luis Potosí y Monterrey, haciendo ese esfuerzo permanente, persistente, de lograr quitarle al centro político, al centro cultural, el dominio del territorio nacional”.

La comunicóloga egresada de la Universidad Iberoamericana de Puebla, donde realizó una maestría en Literatura Iberoamericana, agregó: “Ustedes lo saben, aquí hay artistas, saben lo que padece el pueblo, la villa, la pequeña ciudad, frente al centro. Incluso aquí en Nayarit. Los que no viven en Tepic se quejan de que la capital se lleva las partidas presupuestales, y los de Tepic se quejan de la Ciudad de México, de Guadalajara, y no quitamos ese mal vicio.

Por eso, siempre que he presentado un libro, procuro ir a esos lugares, porque me parece que si lo digo y no lo hago, yo soy contradictoria. Y he pugnado mucho, a través de mis pequeños esfuerzos, porque todas las ciudades, por pequeñas que sean, tengan estos eventos”, añadió.

La doctora en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma Metropolitana indicó que “los lugares que nos congregan para hablar de otros temas que también nos alimentan el alma son fundamentales para ser llenados. Las plazas públicas antes eran eso, lugares de erudición, de conocimiento, de transmisión. En el siglo XIX, el valor lo tenía la cultura oral. Imprimirlo era un éxito; pero realmente el propósito de una revista publicada en 1907 era para ser leída en público, porque no había dinero ni capacidad para leer.

Tepic tal vez era una ciudad con el 90 por ciento de analfabetismo. Pero eso no quería decir que un analfabetismo lingüístico significara falta de comprensión de la lengua, del pensamiento, del arte y de la cultura. Muchos, incluso, que son cien por ciento alfabetas a veces dan muestras de ser analfabetas culturales”, señaló.

Contenta, sencilla, Gutiérrez Müller aclaró que “todos los libros que compraron hoy, no van a mi bolsillo, sino que van a la universidad. “Nosotros no ganamos dinero, esto no es por dinero, es una donación en especie forzada que hacemos con mucho gusto”.

Al final, se dijo feliz que se le haga un memorial no sólo a Solón Argüello, como se propuso ahí mismo, sino a todos los que han luchado por la democracia. “Aquí, en Tepic, había mucho el pensamiento”.

La autora de Viejo siglo nuevo (2012) firmó algunos libros al término de su participación.

 

Invoca “alivio y esperanza”

 

La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, inauguró ayer la cuarta edición del Festival Letras en Tepic, pero al momento de declarar la apertura oficial olvidó el día; tras unos instantes, recordó que era viernes 1 de febrero.

Es un gusto participar en la inauguración de este festival, que no sólo cumplirá con la tarea de difundir la importancia del libro y la lectura, sino que también traerá alivio y esperanza a esta hermosa región
del país, golpeada por la violencia, la desigualdad y los recientes desastres naturales”, comentó la funcionaria federal.

Ante autoridades municipales y estatales, y una segunda fila llena de escritores como Margo Glantz, Élmer Mendoza, Jorge Volpi, Mario Bellatin y Alberto Chimal, entre otros, Frausto se dijo convencida de que “el Festival ayudará a fortalecer el sentido de comunidad, sin el cual no se puede hablar de una recuperación real y profunda en todo orden de cosas”.

 

“No habrá ningún municipio que no cuente con una biblioteca”, afirmó ayer Frausto en Nayarit.

 

Aseguró que la base del Programa de Cultura de esta administración será hacer efectivo el Derecho a la Cultura como uno de los Derechos Humanos. “Festivales de esta naturaleza crean entornos perfectos para difundir tal idea, pero también para activar estrategias de integración cultural, sobre todo en las poblaciones apartadas de los centros estatales”.

La promotora aprovechó este marco para anunciar que “todas las Bibliotecas de la Red tendrán acceso a internet, y asimismo se les dotará de la infraestructura necesaria para acceder a la información global que ofrecen las nuevas tecnologías.

No habrá ningún municipio que no cuente con una biblioteca, como tampoco habrá ciudadanos que no encuentren dentro de ella acervos en su lengua materna como la cora, la naayeri, el náhuatl o el tepehuano. Éstos son sólo algunos de los objetivos que nos hemos planteado”, apuntó.

Al finalizar la ceremonia, Frausto no atendió la petición de los representantes de los medios de comunicación para hablar sobre la renuncia del editor Daniel Goldin a la Biblioteca Vasconcelos de Buenavista. “Estoy apurada, voy volando”, alcanzó a decir.
 

 

cva

 





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