Centro SCOP será sala de conciertos

0
432


CIUDAD DE MÉXICO.

El conjunto mural del Cen­tro SCOP, ubicado en avenida Xola y Eje Central Lázaro Cár­denas, afectado por los sismos de 2017, no se convertirá en tienda departamental ni en un nuevo desarrollo inmobiliario.

Será un nuevo complejo cultural que albergará la sala de conciertos más impor­tante de América, un museo y galerías de arte, y previa­mente serán repuestos, sobre columnas o estelas de acero, los murales de José Chávez Morado, Juan O’Gorman, Ar­turo Estrada, Rosendo Soto y Guillermo Monroy, desmontados en­tre septiembre y di­ciembre de 2018.

Así lo reveló a Excélsior el mura­lista Ariosto Otero, integrante del Gru­po SCOP, quien de­talló que la idea de convertir el conjun­to mural del Centro Scop —donde se ubicaba la Secretaría de Co­municaciones y Transportes— en una gran sala de conciertos no es una idea al aire, sino un proyecto serio, formulado por el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real.

Confiamos en que la res­puesta será generosa para el proyecto de protección de los murales. De hecho, acabamos de tener una reunión impor­tante, el jueves pasado, con el secretario de Cultura local, Alfonso Suárez del Real, quien ya habló con el secretario de Comunicaciones y Transpor­tes, Javier Jiménez Espriú, y el alcalde de Benito Juárez, San­tiago Taboada”, dijo.

Otero detalló que en días pasados envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, solicitando su apoyo para la recuperación de dichos murales, y ade­lantó que la próxima sema­na buscará una reunión con la secretaria de Cultura fede­ral, Alejandra Frausto, y la ti­tular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Luci­na Jiménez, quienes no se han pronunciado sobre el tema.

Recordó que desde hace 40 años que se construyó la sala Ollin Yoliztli no se ha vuelto a eri­gir ninguna sala de conciertos. “Enton­ces, la idea es que ese lugar lo ocupe la sala de conciertos más importante de América, y alrede­dor de ella un cen­tro cultural”.

¿Cuál es la idea de la sala de con­ciertos?, se le preguntó. “Que los murales se conserven igual, en el mismo sitio y con la misma topografía, sin que se mueva una piedra, además de montar los que bajaron; y para eso se necesita cortar los esqueletos de los edificios dañados para que queden sostenidos sobre grandes es­tructuras, en una especie de costillares, que darán la apa­riencia de grandes estelas”.

Sobre la remoción de los murales, indicó que ésta fue suspendida desde diciem­bre. “Eso está detenido y ya no pueden hacerlo, porque el contrato (de la empresa CAV) se venció el 30 de diciem­bre. Pero si estuvieran reti­rando partes del mural sería un atentado, estaría penado, pero estamos seguros de que ni el INBA ni la SC serían cóm­plices de tal aberración”.

Dijo que, según las cifras disponibles, la empresa retiró dos mil placas de los murales, las cuales fueron numeradas, registradas y resguardadas en el mismo espacio. “Del quinto piso para abajo no pueden to­car los murales, porque éstos van directo al muro y tendrían que derrumbarlo para retirar las piedras”.

Y añadió: “Seguramente los funcionarios de la admi­nistración pasada tenían al­gún proyecto para convertir el espacio en departamentos o grandes centros comerciales, pero por suerte nos atravesa­mos. Ellos no podrían seguir, porque entonces sí interpon­dríamos una denuncia penal”.

PROYECTO GENEROSO

Ariosto Otero adelantó que la próxima semana buscará una reunión con Frausto y Jimé­nez. “Yo iré para que le den una cita al Grupo SCOP y pro­ponerles que se manifiesten sobre este plan de don Alfonso Suárez del Real. Seguramente van a acoger el proyecto con la misma generosidad”.

¿Hubo algún diagnósti­co del Centro Nacional Con­servación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) sobre las piezas retiradas de los muros?, se le preguntó. “No nos han dicho nada, pero fuimos, nos abrie­ron la puerta generosamente y vimos que las piezas están en magnífico estado”.

¿Habría algún cambio al momento de reponerlas? “No. Hay que volver a colocarlas, pero ya en un proyecto defi­nitivo para que permanezcan eternamente, esperemos, sin los edificios, pero con gran­des costillares que sostengan los muros y sin cambiar la to­pografía. A final de cuentas es un recorrido por las comuni­caciones en la historia, hasta hoy, y no se podría cambiar una placa de un lugar a otro”.

¿Cómo serán esos costilla­res? “Serían unos agregados a los bloques de concreto donde están los murales; esos costi­llares serán para que amarren los muros y se sostengan y atrás de esos costillares ya no habría nada. Serían grandes estelas amarradas en grandes estructuras, esos costillares van a sostener todo con unas zapatas profundas que ama­rren las piezas, y se espera que los ingenieros estructuristas le pondrán el resto”.

¿Considera el Grupo SCOP que estos murales tienen rela­ción con una sala de concier­tos? “Acogimos con mucha alegría la propuesta. Qui­tarlos de ahí sería la muer­te de los murales, sería un gran error, porque entonces los partirían en cachitos y los pondrían como piezas deco­rativas. Era lo que querían ha­cer en el nuevo aeropuerto. Un destrozadero”.

¿No se pensó en enviar es­tos murales al Centro Nacio­nal de las Artes? “No vamos a permitir que esos murales se retiren de este espacio o que pierdan su lectura original. El proyecto más viable es el que propone Suárez del Real. Es un proyecto grandioso que tendrá una repercusión conti­nental. Ojalá que esté listo en 2020 o 2022”, concluyó.





Source link