Denuncian desaparición de tramoya y antiguo escenario del Teatro del Palacio de Bellas Artes

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CIUDAD DE MÉXICO.

Denuncian la desaparición de la mecánica teatral, la tramoya y el antiguo escenario del Teatro del Palacio de Bellas Artes, resguardados desde hace ocho años en una bodega del fraccionamiento La Bomba, ubicada en Lerma, Estado de México.

Esto pese a que las anteriores directoras del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio y María Cristina García Cepeda, prometieron entre 2011 y 2014 su protección, resguardo y montaje en un museo para su exhibición, dado que se considera material que data de los años 30, y parte del patrimonio de México que fue retirado durante la polémica restauración del Teatro del Palacio de Bellas Artes hace una década

8 años hace que la mecánica teatral del Palacio de Bellas Artes era resguardada en Lerma

Excélsior constató que, en dicha bodega de dos mil metros cuadrados en donde el INBA resguardaba los cuatro pisos de mecánica teatral, del foro y tramoya —material registrado ante el notario público número 32, Jacobo Sevillano González—, hoy sólo queda chatarra, algunos tableros de control desvalijados, fierros retorcidos, poleas cubiertas con plástico y restos de motores hidráulicos.

Cabe recordar que Vicencio aseguró en 2011 que el material sería inventariado, mientras que Jaime del Pozo, entonces director de Recursos Materiales del INBA, dijo a Excélsior (18/01/2011) que “cada pieza está inventariada, todas las piezas se fueron desmontando para conservarlas; la intención era almacenarlas una vez que fueran quitadas”, para su traslado, resguardo e identificación con número de serie en la bodega de La Bomba.

En 2014, García Cepeda prometió adaptar un museo con el material histórico, para lo cual utilizaría los terrenos antes ocupados por el edificio La Mariscala, a espaldas del Palacio de mármol (Excélsior 1/12/2014), que aún funcionan como estacionamiento para empleados del propio INBA.

 

SIN INVENTARIO

 

Tras conocerse la desaparición del material, Alejandro Flores Campos, restaurador del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del INBA y uno de los especialistas que se opusieron a la “polémica restauración” en Bellas Artes —con un costo superior a 700 millones de pesos—, exigió que la actual directora del INBA, Lucina Jiménez, informe sobre el destino del material histórico.

“Recordemos que (en 2011) el INBA aseguró que la tramoya se desmontó tornillo por tornillo, tubo por tubo, caldera por caldera y que realizó un registro numerado de cada una de las piezas para su resguardo en aquella bodega de Lerma, el cual fue previamente inventariado y resguardado cuidadosamente en una bodega”, explicó Flores Campos a Excélsior.

Y aquí vienen las preguntas para Lucina Jiménez: ¿quién tiene ese registro?, ¿quién es el encargado por parte del INBA de verificar que toda esta maquinaria, patrimonio histórico e industrial esté realmente en buen estado?, ¿el material histórico está completo o ya ha sido rapiñado por los vendedores de fierro viejo?”, señaló el restaurador del Cencropam.

Así que pido que la titular del INBA haga una investigación y aclare dónde se encuentra la mecánica teatral, la tramoya y el antiguo escenario, y por qué no se realizó el museo prometido (en 2014)”, añadió.

Otra fuente, que solicitó reservar su nombre, dijo que gran parte del equipo de iluminación, audio y videoproyectores, adquiridos en 2004 por el INBA —que supuestamente fue reutilizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes (PBA) y otros foros—, en realidad fue “donado” al Centro Cultural Tijuana —que Vicencio dirigió entre 2001 y 2006-, así como al Teatro Mexicali y al Teatro de la Ciudad de Ensenada, junto con butacas, puertas y otros elementos desmontados del PBA”.

En 2014, Excélsior publicó que entre 2011 y 2014 el INBA pagó dos millones 180 mil pesos por la renta y almacenaje de la mecánica teatral, la tramoya y el antiguo escenario del Teatro del Palacio de Bellas Artes.

Flores aseguró que, como se puede ver en las fotografías, todo lo que se aprecia “sólo es basura, pedacería y tablones que no cuentan con ningún tipo de orden, clasificación o inventario”.

Excélsior consultó al INBA, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta sobre el tema.

 

cva

 





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