Desde la fábula de la zarza no existía pueblo sabio 2019/02/24

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24 de Febrero de 2019

Los referentes quedan registrados a través de los medios de comunicación, tanto para informar como para opinar, expresiones lingüísticas que reflejan el pensamiento y la constitución compleja de estructuras de interpretación de la realidad (Ethoscracia, el gobierno a imagen y semejanza del elegido, Excélsior 27/08/2018), veta inagotable para los periodistas y escaparate para algunos políticos que  van del “ni los veo ni los oigo” de Carlos Salinas de Gortari, pasando por el error de diciembre o “no traigo cash”, de Ernesto Zedillo; “comes y te vas”, de Vicente Fox; “haiga sido como haiga sido”, de Felipe Calderón; “uno, no, menos, como cinco”, de Enrique Peña; hasta uno de los más recientes, del corpus lingüístico de López Obrador: “el pueblo sabio no se equivoca”.

Los ejes para compartir la percepción del bosquejo de la Cuarta Transformación deben ser innovadores, creativos y funcionales para conformar un método de comprensión narrativa ante el alud temático en las conferencias de cada mañana versus el propio acontecer institucional, gubernamental, social, nacional, local e internacional. Tomar las declaraciones como evidencia del pensamiento también debe considerar la espiritualidad y esencia del emisor. De tal forma, a partir de una expresión núcleo (lingüística), se puede aplicar el tamiz religioso y político sin perder el enfoque periodístico.

Una de las propuestas académicas disciplinarias para el análisis narratológico es la del teólogo protestante alemán Hermann Gunkel (1862-1932), a partir del concepto Sitz im Leben, determinar la intención y el contexto histórico–existencial. Mientras que la fábula es un relato en prosa o verso, breve, que desarrolla un asunto moral, con estructura específica, de carácter didáctico y que el poeta Benjamín Barajas Sánchez (Letras, números y aprendizajes. Excélsior 19/03/2018)  destaca desde Grecia con Esopo (Siglo IV a C.) hasta Augusto Monterroso (1921-2003) en su Diccionario de términos literarios y afines.

Todo lo anterior, para contextualizar el relato bíblico, referido sin perspectiva teológica, sino literaria,  como fábula que critica y rechaza toda exigencia desmedida que con Sitz im Leben representa argumentación ilustrativa del discurso político: los árboles se pusieron en camino para buscar un rey a quien ungir… la zarza respondió a los árboles “si con sinceridad vienen a ungirme a mí para reinar sobre ustedes, acérquense y cobíjense a mi sombra”.

En sus estudios de géneros literarios, Manuel Aguilar Moreno puntualiza que la fábula de la zarza es ejemplo de la elección de los malos gobernantes toda vez que “los inútiles e ineptos son los que aceptan reinar, pues los candidatos capaces no afrontan la responsabilidad de gobernar”. Y contextualiza “esto ilustra la situación de Israel, que durante mucho tiempo llegó a tener reyes malos e injustos, porque el mismo pueblo no supo elegirlos”. No hay pueblo sabio.

Así, el género literario, particularmente la parábola, en cuanto a intención y contexto, ciñe tiempos, lugares y circunstancias con líneas argumentativas directas, pedagógicas y morales; pero en otra narrativa, se registra periodísticamente como noticia a partir de declaraciones que no pueden considerarse ocurrencias o coincidencias religiosas, políticas o históricas.

Adoptar que “el pueblo es sabio” pondera una evolución total del referente más antiguo, donde se asentó que el pueblo no era sabio concomitante. Ahora, en México, la sociedad estaría plena de conocimiento para participar en las tomas de decisiones en aeronáutica, petroquímica, sociología, economía, política internacional; entretejiendo una narrativa que no termina de revelar tiempo, lugar y circunstancias, donde en no pocas ocasiones ni los propios protagonistas  determinan la intención y el contexto histórico–existencial.





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