Me atrevo a afirmar que el duelo que se vivió en la madrugada de este domingo entre el número uno del mundo del tenis, Novak Djokovic, y el número dos, Rafa Nadal, ha sido un partido épico. Evidentemente desconozco el resultado, sin embargo, el sólo hecho de llegar este par de históricos del deporte blanco a la final, representa una de las páginas más brillantes del deporte profesional de raqueta, pues estamos en lo que, aparentemente, es la recta final de la muy brillante carrera de ambos jugadores, por lo que su profesionalismo, su entrega y pasión por el triunfo los hacen ser un par de monstruos del deporte.
Pocos como ellos, que poseedores de un gran talento, se han significado por ser, quizá, los dos más disciplinados y entregados a sus respectivas carreras, de otra manera, parecería imposible que lograran tal nivel durante tantos años.
El serbio Djokovic tiene ya treinta y un años, y dieciséis años como profesional, un prodigio de longevidad y contundencia, si a eso le agregamos que ha ganado más de ciento veinticinco millones de dólares, más que ningún otro, resulta aún más meritorio encontrar la inmensa disciplina para permanecer como el mejor del planeta, se requiere de mucho sacrificio, de demasiado amor por lo que hace para no perder la brújula.
Nadal es otro caso de éxito maravilloso, un ganador obsesivo desde niño, que brilló muy jovencito también, al igual que su rival en la final del Abierto de Australia, en el tenis profesional, con diecisiete años como profesional y una larga lista de lesiones, sobre todo en las rodillas, parece prodigioso el que continúe en el nivel que mostró a lo largo de todo el torneo. Sin importar el resultado de la final, incluso ganándola, el hispano permanecerá segundo en el ranking de la ATP, pero con la temporada de arcilla en la mira, que en caso de llegar sano, representaría la oportunidad del de Manacor, de regresar a la posición número uno.
Se han enfrentado en cincuenta y dos ocasiones, veintisiete triunfos para el serbio, veinticinco para el español, en finales se han enfrentado en siete ocasiones con cuatro triunfos para Nadal, se trata pues de una rivalidad increíble, son los jugadores que más se han enfrentado en la historia de la ATP. Insisto, el resultado parece ser de menor importancia ante la gran leyenda que han escrito junto a Roger Federer, quizá la más importante de la historia.
Valdrá la pena quedarse sin dormir, y que gane el mejor.
