El Mago de Riga (II)

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19 de Abril de 2019

Algunas de las combinaciones más sorprendentes e inmarcesibles que se han producido en el tablero de ajedrez son obra del gran maestro letón Alexéi Shírov, El Mago de Riga.

Fulgirán por siempre movimientos como el sacrificio del alfil en la casilla h3 con la que conquistó la victoria sobre Veselin Topalov, en Linares 98, o la torre que le sacrificó en dos ocasiones en el escaque e4 al prestigioso Vladímir Krámnik en 1994, cuando Linares era la principal catedral del mundo ajedrecístico.

En breve charla con Shírov, en su tránsito hacia el Nacional de Aguascalientes, subrayó la alegría que ha experimentado por reingresar en la lista de los 100 mejores del mundo. Fue campeón mundial en Sub 20 años y disputó el título a Viswanathan Anand, en Teherán 2000.

Shírov se esmera por elevar su nivel de juego, “pero sin pensar en regresar a los diez primeros del mundo. Eso es muy difícil. Lo esencial es jugar lo mejor que puedo”.

Inteligente y sencillo, transparente, con esa singular forma de expresar con voz, cuerpo y espíritu, alegría y optimismo, asienta: “Soy un perfeccionista que busca alcanzar, día tras día, la perfección”. Y como hombre de lucha que pulsa su posición, añade, divertido: “Estoy muy lejos de alcanzar la perfección”.

De estilo ofensivo, elegante y explosivo, en la línea y búsqueda de las complicaciones, con tendencia a la estrategia del riesgo, dice: “Mi visión del ajedrez se debe a las partidas de Mikhail Tal. Me gusta encontrar movimientos brillantes. Me deleita asumir el riesgo con el ánimo de vencer al adversario. No tomo riesgos deliberadamente sino que deseo complicar el juego. Mi diferencia con Tal es que yo dudo más”, ríe.

“El ajedrez es un juego fascinante, absorbente. Nos da y enseña valiosas lecciones de vida, pero a la vez es malo para los que nos dedicamos al profesionalismo y especialización. Estrecha la vida, la hace menos amplia, pero, de manera paralela, es la mejor elección de mi vida”.

Acerca del florecimiento de los prodigios formados con la influencia de los programas de las computadoras, apunta: “Muchos se han adaptado al estudio con la computadora. Pero van a necesitar carácter. Muchos vuelan a un nivel acelerado, pero con tanto torneo van a cansarse. Hay varios niños de India y un iraquí con talento. Con un poco de suerte, alguno será campeón mundial.

“Espero escribir un nuevo libro de ajedrez. Necesito hacer algo más que eso”.

 





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