Desde que Uber inició operaciones en Baja California Sur, concretamente en el municipio de La Paz y Los Cabos, los usuarios del transporte público (peseros y taxis) supieron que no volverían a ser rehenes de tarifas sin regular, de abordar unidades en pésimo estado y soportar los malos tratos que, en ocasiones, dan los choferes.
El arribo de Uber a BCS se dio hace poco más de un año (en La Paz); me atrevo a decir que ese día surgió un divorcio entre usuarios y concesionarios el transporte. Desde ese mismo día nadie se preocupó en resolver el problema de tal divorcio, ni en trabajar una estrategia para que el taxista recuperar la confianza del usuario y estar al tú por tú con el servicio que prestan diferentes plataformas digitales.
Si se trata de recuperar la confianza del usuario y ser competencia real, estoy convencido que el uso del taxímetro sería un aliado en dicha tarea.
La mayor queja del usuario del servicio de taxi es que no existe forma de saber cuánto costará la carrera. Es obvio, nadie coge un servicio o un producto sin saber antes cuánto deberá pagar por él. Vaya, piense usted que está en el supermercado y coge un artículo sin saber cuánto cuesta. Cuando se dispone a pagarlo le dicen que el artículo cuesta el doble de lo que usted considera un precio razonable. ¿Qué sentiría?
La mayoría de las unidades -taxis- son modelos viejos; sus choferes carecen de un perfil adecuado para la prestación del servicio
Justo ese es el problema, justo ahí está la solución. El taxímetro, regulado por las autoridades competentes, brindaría tranquilidad al usuario. Sin importar si este es local o foráneo; el uso de este dispositivo nos haría sentir protegidos. Hoy día el dinero tiene un valor más preciado. Las familias tratan de hacerlo rendir más y gastarlo de forma prudente ya que no se goza de los mejores sueldos, y como usted sabe, BCS no gozará de muchos beneficios fiscales cómo se esperaba por parte del Gobierno de México.
Entonces, el uso del taxímetro protegería nuestro dinero, habría más confianza en los taxistas, y por ende, estarían más solicitados.
Uber no ofrece más que el taxista tradicional. Las personas que preferimos Uber es porque sabemos cuánto costará la carrera. Eso nos ofrece tranquilidad económica.
Por ejemplo, si usted elige Uber porque el recorrido es seguro, le cuento que en ese sentido, usted podría abordar un taxi y compartir, en tiempo real, el traslado que realiza. Asimismo, si usted elige Uber porque le gusta calificar el servicio, cogiendo un taxi usted calificará el servicio pidiendo al chofer sus datos y llamándolo cada vez que requiera el servicio. Qué mejor manera de calificar el servicio que volver a solicitarlo y hasta recomendarlo.
Si usted decidiera tomar Uber porque se pueden realizar pagos con tarjeta de crédito, le cuento que esa justificación es irrefutable porque los taxistas no traen una terminal para realizar tal cobro, y ahí están perdiendo calidad en la prestación del servicio. Pero si usted dice que prefiere Uber porque lo puede solicitar desde la aplicación, lo mismo podría hacer usted desde su teléfono celular llamando un taxi.
Aunque todos estamos enamorados del servicio de Uber debemos recordar que no es para todos: necesitas un teléfono celular, datos -internet- y cierto conocimiento en el uso de la plataforma, y hasta en algunos casos una tarjeta de crédito para pagar los viajes.
Recordemos que en nuestro estado el transporte no está liberado, es decir, no existe una competencia abierta en ese sentido. La única forma de operar legalmente es mediante el otorgamiento de una concesión que brinda el Gobierno del estado y, que según algunos datos recabados, sólo se entregaban a personas afines a los gobiernos en turno.
Al no estar liberado el transporte se entiende que las plataformas digitales operan de forma irregular. Tal es el caso que los taxistas, en su intento de combatir a Uber construyeron plataformas digitales, para que por medio de estas, el usuario pudiera solicitarlos; al paso de los días fracasó este intento por ir en contra de la ley.
Es por ello que considero que utilizar el taxímetro generará una reconciliación entre usuarios y taxistas. Usted ¿qué opina?
