Entre la sotana y las armas; libro revela detalles sobre Camilo Torres Restrepo

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Imagen del padre Camilo Torres, tomada por el ELN en noviembre de 1965, cuando lucía por pri-mera vez el uniforme. Foto: Tomada del libro ¿Por qué no pude salvar a Camilo?

CIUDAD DE MÉXICO.

¿Por qué no pude salvar a Camilo? es la confesión, a manera de diario, del colombiano Gilberto Barragán Gómez (1937), alias Torito, sobre su relación con el padre Camilo Torres Restrepo, uno de los pioneros del movimiento latinoamericano Teología de la Liberación, y su paso por la guerrilla colombiana y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En entrevista con Excélsior, vía telefónica desde Colombia, Torito detalla estos temas –que comparte en el libro que acaba de publicar Ediciones del Lirio y lleva como subtítulo “Vida guerrillera de Camilo junto a Torito”– y su percepción sobre las negociaciones de paz entre la guerrilla y el gobierno del país sudamericano.

Comencé a escribir esta historia a pocos días de haber muerto Camilo (15 de febrero de 1966), pero en la guerrilla me botaban el cuaderno. El comandante Fabio Vásquez Castaño me decía que no estaba bien hacer apuntes, porque pronto habría una invasión del ejército y no era bueno que cayeran en sus manos, debido a que se podrían informar de una cantidad de cosas que yo estaba apuntando; entonces todo eso se perdió”, asegura.

Hombre de palabra vertical, Torito recuerda haber llegado a la guerrilla a los 26 años y pronto su misión fue ser salvaguarda del cura Torres Restrepo, afirma. “Aparte de compañero político, el padre Camilo fue un gran amigo. Él me estimó mucho, ya que, se podría decir, gracias a mí pudimos llegar a la guerrilla sin que le pasara nada, sin que cayera en manos del enemigo.

Tuvimos que romper diques, bajar caminos de culo y subirlos arañando, porque no era tan fácil subir caminando. Tuve que dar saltos para poder protegerlo. Atravesamos a campo traviesa 20 kilómetros y tuvimos que coger caminos y carreteras sin nada, rompiendo montes con la cabeza, con las manos, y no es para nada fácil; a pesar de que uno era muy vivo, se sufre”, recuerda Gilberto Barragán.

Nacido en febrero de 1929, Camilo Torres se formó como teólogo y sociólogo en Colombia y países de Europa. Muy pronto se interesó por las causas sociales, lo que lo llevó a fundar el Frente Unido del Pueblo. Luego, se enroló en la guerrilla a través del Ejército de Liberación Nacional, que en ese momento comandaba Fabio Vásquez Castaño.

Al cuestionar a Torito sobre Camilo y su presencia en la guerrilla no duda en responder. “Camilo era un tipo modesto; nunca se le veía de petulante sacando el pecho por nada, a pesar de su gran sabiduría y personalidad. Allá en la guerrilla era un tipo introvertido, no era charlatán. Él decía que fue a la guerrilla a aprender de las costumbres de la selva, del camino, del lodazal, del salto y de la comida”, dice.

La batalla en Patio Cemento fue la última que disputó Camilo Torres. Las tropas de la Quinta Brigada se enfrentaron contra la artillería del ELN, en Bucaramanga, en 1966. “El único que tocó el cadáver de Camilo para ayudarlo fui yo, después de que lo mataron. Porque estaba escondido a 15 metros de donde murió.

Mi libro es lo más veraz de las charlatanerías de muchos escritores. Bastantes libros acerca de este tema son relleno. Yo cuento lo que vi. No necesito hablar sandeces. Quiero que se conozca la realidad de una cosa que aconteció sin ponerle volumen, ni decir mentiras, y no usar nada de falsedades, a lo que otros han recurrido”, asegura Torito.

Poco después de la muerte de padre Camilo, Barragán desertó de la guerrilla, decisión muy arriesgada debido a que podría ser perseguido y enjuiciado con base en las leyes de este movimiento armado, explica.

Actualmente, no tengo ninguna relación con el ELN porque deserté y, en la guerrilla, el que deserta es fusilado; entonces, no tengo ningún contacto con ellos. Por otro lado, quiero dejar claro que jamás he sido ni fui ni seré delator de ninguno de ellos, porque los respeto mucho”, agrega.

Ante la pregunta de por qué no pudo salvar a Camilo, don Gilberto responde casi a quemarropa. “Hablar del rescate de Camilo no es fácil, pero las ideas de por qué no lo rescaté están todas en mi libro; para explicar cómo llegó a la guerrilla, qué hizo en la guerrilla, cómo actué yo en la trinchera hasta que le pegaron sus balazos y lo mataron.

En un combate se responde inconscientemente. Uno no sabe qué hacer, porque no hay lugar para pensar, lo único que se escucha es el zumbido de las balas para arriba y para abajo. Camilo combatió y combatió hasta que le llegaron las balas y lo mataron”, señala Torito.

 

cva

 





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