Experimentación en embriones humanos

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03 de Marzo de 2019

El tema de la experimentación en embriones lo he abordado en este espacio desde diferentes ángulos, pero, por supuesto, es un tema que se debe abrir a la discusión por la sociedad en su conjunto. Ahora viene a colación por una iniciativa de ley que se encuentra en el congreso firmada por la actual secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Dicha iniciativa, si bien tiene muchos puntos positivos, y sabemos que urge contar con un marco normativo moderno en reproducción humana, plantea una prohibición absoluta para utilizar cigotos o embriones humanos en trabajo experimental.

Dicha prohibición no puede ser tajante en vista de los enormes hallazgos que están ocurriendo en el mundo relativos a la medicina regenerativa.

En el tratamiento de parejas con infertilidad, de forma cotidiana, obtenemos cigotos en el laboratorio, mediante la exposición de los óvulos a la acción de los espermatozoides, y dichos cigotos se conservan en cultivo durante algunos días, pasados, los cuales, transferimos dos de ellos al interior del útero materno, esperando obtener un embarazo sano. Los cigotos sobrantes del procedimiento específico se pueden congelar para que la pareja pueda tener mas hijos o, en caso de que falle el primer procedimiento de transferencia y la mujer no logre una gestación, tenemos embriones para intentarlo de nuevo.

Estas prácticas son comunes en casi todas las clínicas de reproducción asistida, y a veces ocurre que, por diversos motivos, la pareja ya no desea la conservación de los embriones que tienen congelados.

Frente a esta situación existen varios caminos posibles, una primera opción sería la donación de dichos embriones a parejas que no puedan obtenerlos; pero no es el único camino, existen otros como el descongelamiento de los mismos o la donación de los embriones a la ciencia.

Existen en México laboratorios de investigación científica a cargo de investigadores de muy alto nivel, que pueden hacerse cargo de llevar a cabo protocolos con las miras puestas, por ejemplo en la regeneración de tejidos humanos dañados por alguna enfermedad incurable.

Cito otra vez el ejemplo de trabajos de investigación que se están realizando en otros países para regenerar la médula espinal en pacientes que la tienen seccionada y no pueden caminar.

Las células madre embrionarias son de las más valiosas para este tipo de tratamientos debido a que poseen capacidad para convertirse en cualquier tejido humano.

Entiendo que los legisladores tiendan a proteger a la sociedad de algún uso irresponsable o peligroso de dichos embriones, pero la prohibición en este caso no es la respuesta racional en vista de los enormes avances médicos que se podrían obtener; mas bien habría que marcar reglas muy claras para que se puedan utilizar solamente en medicina regenerativa y garantizando a la pareja donadora que de ninguna manera se implantarán en otra mujer con fines de reproducción.

Por supuesto, la iniciativa es perfectible en este y en otros detalles, pero, por supuesto debemos aplaudir su existencia.

Ojalá progrese y se le mejore.

 





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