Inauguran la exposición Diseño neobarroco, en el Museo Franz Mayer

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CIUDAD DE MÉXICO.

Con piezas de Zaha Hadid,  Frank Gehry, Pedro Friedeberg, Nacho Carbonell y Gloria Cortina fue inaugurada ayer la exposición Diseño neobarroco, en el Museo Franz Mayer, que permanecerá abierta al público hasta el 28 de abril.

La muestra incluye 27 piezas de artistas provenientes de México, Brasil, Japón, Francia y Argentina, y son definidas como “ejercicios de la imaginación que retoman elementos del barroco y de otras tendencias artísticas”, con una propuesta curatorial estructurada por el historiador del arte Ignacio Prado, en donde invita al espectador a mirar los objetos de diseño contemporáneo más allá de su funcionalidad y del ámbito industrial que permiten conocer algunas de las manifestaciones más recientes del diseño contemporáneo de carácter nacional e internacional.

La estética del neobarroco resurge en lo que algunos llaman una nueva tendencia que se desarrolla en muchas artes”, advierte Prado. “Así que aquí encontraremos piezas de diseño que van más allá del diseño industrial o funcional, en donde también participan arquitectos mexicanos como Jorge Cejudo, Héctor Esrawe, Gloria Cortina y David Zimbrón.

Pero lo más importante de esta exhibición, explica, es que cada una de las piezas neobarrocas va más allá de ideologías, por lo que sus temáticas giran en torno a temas sociales, a la idea de comunidad y a la convivencia mostrando algunas de las inquietudes y propuestas del diseño contemporáneo.

Otra característica de este tipo de diseño, dice, es el mestizaje o hibridación de técnicas artesanales con nuevas tecnologías, “una fusión de materiales diversos a través de un juego propio que combina la pintura y la arquitectura del barroco que es un trampantojo, es decir, una ilusión óptica o trampa con que se engaña a una persona haciéndole creer que ve algo distinto a lo que en realidad ve.

Así que los visitantes a la exposición van a jugar al tratar de descubrir cuáles son los materiales. Por ejemplo, van a ver un candelabro rococó, aparentemente de vidrio, creado por el artista Thierry Jeannot, quien radica en México, y van a descubrir que no está hecho de vidrio, sino de PET, de plástico. Y además, el visitante podrá ver una película en donde se puede ver el proceso de Thierry; y lo mismo con Nacho Carbonell, que explica la construcción de su pieza Floor Lamp Concrete Base 10, detalla.

Sin embargo, reconoce que muchas personas que hablan de neobarroco se quedan con la idea de que este tipo de piezas sobresalen por tener elementos llenos de anacronismo o arcaísmo. “Y aunque sí tenemos este tipo de elementos, pues hay un diálogo con la historia del arte y no sólo con el periodo del barroco, sino con otros periodos —como esas piezas que hacen referencia al art nouveau, al art déco— no son piezas que captan la atención por su contenido y su diseño absolutamente moderno, añade.

 

UN TERMÓMETRO

 

Durante la apertura estuvo presente el artista valenciano Nacho Carbonell, para quien el diseño neobarroco es algo más que dar una solución a algo. “Digamos que es una especie de termómetro de la sociedad, de lo que pasa y surge y de cómo interpretamos hoy en día los objetos. Yo siempre me pregunto un poco lo que un objeto quiere ser. Además, la idea del diseño es que éste no existe sin nosotros”.

Por su parte, Gloria Cortina destaca la vocación artística del Museo Franz Mayer y recuerda que es el único espacio museográfico que incluye en su trabajo curatorial artes decorativas y diseño en México. “Así que me parece importantísimo que suceda esta exposición, porque de alguna manera no existe algún antecedente de una exposición así en nuestro país, en donde vienen diseñadores de todo el mundo, junto a tres mexicanos, quienes al final hacemos una voz o un eco de lo que es relevante en el mundo del diseño”.

El balazo es una de las dos piezas que aporta Cortina a esta muestra, situada entre la tensión y una propuesta moderna de diseño.

Yo quise crear una tensión entre la propuesta de diseño y el resultado, porque el diseño necesita de un diálogo y, por tanto, es muy distinto del arte… El arte es contemplación y se enfrenta a gente que lo entiende y a gente que no. Pero el diseño mantiene una relación de la propuesta como método de la expresión del creador y siempre necesita alguien que sea receptivo y comprenda lo que está pasando”.

De tal suerte que el creador busca hacer una pieza impecable, demostrando lo que son los impactos de la vida y construir la tensión entre algo casi preciosista y brutal, apunta Cortina. “Y al mismo tiempo nos permite ver cómo es que el diseño mexicano se ha influido del modernismo y del art déco. Para mí el diseño es una continuación del ser humano”, destacó.

Entre las piezas de la muestra están: Zapatos, de Zaha Hadid; Reloj astroecológico, de Pedro Friedeberg; Fukushima, de Junya Watanabe; Chandeler, de Thierry Jeannot; Smoke Mirror, de Maarten Baas; Spaghuetti Wall Small, de Pablo Reinoso; Cómoda de cinco engranajes, de Ingrid Donat; Arbusto de aluminio, de Vincent Dubourg; y Paisaje en mi dentro y fuera, de Jorge Cejudo.

 

cva

 





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