Invitan a mirar como ellas

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CIUDAD DE MÉXICO.

Una mirada distinta, tal vez más empática, producto de una sensibilidad diferente; una forma singular de aproximarse a las personas, a los hechos; un acento único en la composición, en los elementos que integran la imagen; una persecución de lo que enoja, lo que inquieta o provoca, “lo silenciado, desdeñado, invisibilizado, juzgado”. Es el ojo fotográfico femenino.

Las artistas de la lente Quetzalli González, Paola Hidalgo, Karina Tejada y Paola García coinciden en lo anterior; no sin aclarar que la mirada no es cuestión de género, o no sólo, sino también de educación visual. Las cuatro fotógrafas de Excélsior materializan estos conceptos en las gráficas con las que participan en la muestra Desde nosotras. LA mirada, LA cámara, LA luz y LA fotografía, que se exhibe actualmente en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec y reúne el trabajo de 59 mujeres fotoperiodistas de varias generaciones.

Una chica punk con los brazos abiertos, que se coloca entre los manifestantes y los granaderos; una trapecista del Circo Atayde tomando un descanso, tras ensayar su rutina de pole-dance; una caravana de migrantes centroamericanos, que inicia su peregrinar al amanecer, y un grupo de jóvenes y niños guadalupanos cantando frente a la catedral de San Cristóbal de las Casas. Éstas son las imágenes que eligieron para compartir con los espectadores.

Quetzalli González explica que tomó a la chica punk, que agitaba los brazos sin percatarse que las fuerzas del orden ya avanzaban a su espalda, el 2 de octubre de 2015. “Esa marcha fue distinta a la de años anteriores. El descontento social por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa flotaba en el aire. Escogí esa imagen porque ella luce fuerte y decidida; en ese momento usaba toda su rebeldía para tratar que nadie saliera lastimado.

Lleva el dorso descubierto, donde se lee ‘No más Peña’ y ‘43’. Utilizar el cuerpo como lienzo e interponerlo frente a la violencia es un acto de mucha valentía… En un mundo donde la mujer siempre ha tenido que abrirse paso afrontando mayores dificultades yo quería mostrar lo contundentes y fuertes que podemos ser”, afirma en entrevista.

Paola Hidalgo detalla, por su parte, que captó a la trapecista en la Carpa Astros. “Primero ensayó. Era impresionante ver cómo giraba y el tubo era suspendido desde las alturas, pero la imagen que más me llamó la atención fue cuando ella se sentó a tomar un descanso. La parte de las butacas estaba iluminada y ella quedaba a contraluz. Me pareció muy frágil, sentada en la sombra, después de haberla visto brillar y girar a gran velocidad”, añade.

Para Karina Tejada, la migración cobró más relevancia aún por su masificación a finales de 2018. “Realicé la cobertura en Chiapas, Oaxaca, Veracruz y la Ciudad de México. Los migrantes siempre inician su marcha por la madrugada, para avanzar hasta mediodía, ya que después es difícil seguir por las altas temperaturas. En uno de esos recorridos, el amanecer fue óptimo para representar esta caravana y los paisajes que visten su peregrinar”, indica.

Y Paola García agrega que seleccionó la foto de los antorchistas guadalupanos, porque “quise compartir ese momento que me sorprende, conmueve y emociona. Salen en grupos de sus comunidades corriendo en relevos, siempre con la antorcha encendida y cantando alabanzas a la Virgen de Guadalupe. Y en San Cristóbal de las Casas vi a este grupo. Se detuvo frente a la catedral a cantar, era muy temprano y se sentía mucho frío”, evoca.

VISIÓN EMPÁTICA

Las mujeres miramos distinto porque cargamos con una historia de exclusión”, dice tajante Quetzalli González. “El sistema patriarcal se ha encargado de que siempre tengamos más obstáculos y sean más las batallas que enfrentemos para lograr lo que queremos. Es por ello que nuestra mirada tiende a encontrarse y espejearse con quienes han pasado por lo mismo. Es una mirada empática, una búsqueda por colocar en la luz aquello que es silenciado, desdeñado, invisibilizado, juzgado”, señala.

Dice que, si bien es difícil generalizar, “pues cada contexto determina la clase de imágenes que hacemos, algo que nos es común es que no miramos desde el privilegio; todas, por distintas que seamos, compartimos una herencia de lo que significa ser mujer en un mundo machista”.  Quien ha fotografiado temas como migración, identidad juvenil, zapatismo, madres adolescentes, pueblos originarios y, recientemente, feminicidios, cree que su labor se liga a movimientos sociales, la contracultura, a lo que irrumpe con lo establecido. “Me atraen las historias de procesos emancipatorios. Me gustan las temáticas que me enseñan, las que confirman mis convicciones, pero también las que me alejan de mis prejuicios”, asegura quien ganó una beca del Fonca por sus gráficas sobre la comunidad que ejerce BDSM (Bondage, Disciplina, Sadismo y Masoquismo).

A Paola Hidalgo le interesa fotografiar la cotidianidad, “porque es ahí donde suceden cosas extraordinarias, solamente hay que poner atención”. Piensa que las mujeres tienen una sensibilidad diferente. “Hay momentos difíciles en los debemos fotografiar el dolor humano, es aquí cuando esa sensibilidad te hace cómplice; y la manera de aproximarte a las personas o de abordar ciertos temas es lo que te diferencia como mujer”.

Karina Tejada está convencida de que la mirada no es cuestión de género, sino de educación visual. “Aunque en algunas situaciones somos más empáticas; sin embargo, la sensibilidad con la que se trabaja debe ser parte de esta labor periodística. Una frase que siempre recordaré es la del fotógrafo Henri Cartier Bresson: ‘Cabeza, ojo y corazón, en un mismo eje’”. Esta artista de la lente se define como “una fotógrafa en busca de esas imágenes que provoquen al espectador; lograr una buena foto en cualquier entorno, ese es el reto en cada clic”.

Y Paola García, finalmente, cree que, tanto hombres como mujeres quieren entender, mostrar, compartir, a través de la fotografía, situaciones o temas que les preocupan, enojan o inquietan.

La mirada femenina está en el acento, en la composición, en los elementos que incluimos en cada fotografía; nuestro ritmo se nota en las imágenes, en las risas que elegimos o cuando decidimos el instante violento y doloroso a fotografiar.

A través de la foto me interesa comprender, conocer y documentar. Intento ser lo más respetuosa, cercana y honesta posible en mi trabajo. El ser humano es muy frágil y fuerte, y busco fotografiar temas que muestren esto, y también su fe o su miedo. Quiero captar cómo transitamos por la vida, que siempre sorprende y emociona, pero también duele”, concluye.

La obra de estas fotógrafas se exhibe, hasta el próximo 31 de marzo, en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec (Paseo de la Reforma y Gandhi), junto con la de creadoras como Sara Escobar, Christa Cowrie, Elsa Medina, Sashenka Gutiérrez, Natalia Fregoso, Eunice Adorno, Ángeles Torrejón, Mónica González y Elena Ayala, entre otras.





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