Jorge Luis Borges y tú 2019/03/30

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30 de Marzo de 2019

Los años que tienes, que realmente tienes, son los que te
quedan antes de partir.

Don Sabino

Mi querido viejo: uno de los grandes placeres de la vida es llegar a viejo, porque es motivo de alegría celebrar más y más velitas, y recordar con cariño a quienes no lo pudieron hacer. A este respecto, se dice que “el que no oye consejos no llega a viejo”, por lo que creo que tú sí escuchaste los consejos de tus mayores y te felicito, pero de toda maneras te copio una lista de consejos que hay por ahí, respecto a lo que conviene hace ahora que somos viejos.

1. Elimina los números que no son esenciales, en especial la edad y las cuentas pendientes.

2. Conserva de preferencia los amigos divertidos, los pesimistas estorban.

3. Aprende siempre: aprende más sobre computadoras, artes, jardinería o lo que sea.

4. Aprecia más las pequeñas cosas de la vida, las flores, los cuadros de tu casa, los ojos y la sonrisa de la persona amada, la risa de tus nietos, el canto de las aves, etcétera

5. Ríe muchas veces. Sonrisas, risas y carcajadas son las mejores medicinas.

6. Cuando llegue el dolor, surjan las penas o un ser querido se vaya, aguanta, sufre, llora, llora bien, y supéralo.

7. Rodéate de las cosas que amas: tu casa, tu familia, animales, plantas, hobbies, o lo que sea.

8. Cuida tu salud. El único responsable de tu salud, mi querido viejo, eres tú.

9. Si vas a viajar, hazlo donde te cause placer, no dolor.

10. Diles a las personas que amas que las amas; repítelo tantas veces como puedas.

¡Pero yo soy ya viejo!, ¿cómo puedo hacer todas estas cosas?, me preguntarás; precisamente por eso, querido viejo, los viejos tenemos derecho a hacer todo lo que se nos venga en gana, todo lo que contribuya a disfrutar esta etapa de la vida.

Recuerda el hermoso poema de Jorge Luis Borges: “Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría descalzo hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres, y jugaría con más niños, si tuviera otra vez vida por delante. Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo”.

Por eso, querido viejo, te deseo que oigas estos consejos, en la lista que escribí y en el poema de Borges, y que vivas todos los años de tu vida.





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