Llega al PRI ‘podadora’ y la austeridad forzosa

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Claudia Ruiz Massieu manifestó que como dirigente partidista va a luchar por mantener el nombre y sus colores. Foto: Mateo Reyes

CIUDAD DE MÉXICO.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no necesita cambiar de nombre, de colores, ni castigar a militantes derivado de la debacle política-electoral del 1 de julio pasado, pero sí se prepara para la austeridad, la optimización de recursos y recorte de personal, dijo ayer la presidenta del tricolor Claudia Ruiz Massieu.

Nuestras prerrogativas van a disminuir alrededor de 30%, eso nos obliga a hacer un ejercicio de reducción y de racionalización de nuestros recursos. ¿Habrá recortes en las estructuras burocráticas del partido? Sí los va haber, porque no podemos mantener el mismo tamaño de estructura del partido”, señaló en reunión con reporteros de la fuente.

La también senadora explicó que por el momento no tiene el porcentaje exacto del personal y gasto que recortarán en todo el país hasta que en diciembre próximo las áreas de Finanzas, Contraloría y del Comité de Financiamiento del partido concluyan el plan de austeridad a aplicar, que también incluye en “un programa de generación de recursos propios”.

Enfatizó que el patrimonio inmobiliario del partido no está en riesgo por temas financieros, menos que tiene hipotecados edificios como la sede nacional, ubicada en Insurgentes.

El pasado viernes, la Comisión de Diagnóstico del PRI dio a conocer su informe parcial poselectoral, que reflejó decenas de reclamos de la militancia, entre ellos la corrupción en el partido. Claudia Ruiz Massieu reconoció que tardaron en aplicar castigos a miembros, como a los gobernadores Duarte, pero también que “el partido no es ministerio público”.

Dentro del partido se está hablando del tema de la corrupción como uno de los temas que más lastimó nuestra credibilidad con la ciudadanía. De hecho, lo quiero decir con mucha candidez: todo lo que se está diciendo afuera del PRI, adentro se está diciendo más fuerte y más duro”, expuso.

Mis más de 6 mil militantes consultados por la Comisión de Diagnóstico también señalaron que ante candidatos externos se sintieron ignorados por el partido en los comicios y reprobaron el plan del PRI para ganar las elecciones. Sin embargo, dijo que no castigarán ni expulsarán a nadie por los resultados electorales porque la culpa no fue de uno, sino de todos.

Por otra parte, dijo que antes de las elecciones de 2019 en cinco estados del país estará lista la reestructura del partido, pero dijo que, aunque “lo va a decidir la militancia… en una asamblea ”, no se necesita que el PRI cambie de nombre por cuarta ocasión en sus casi 90 años de existencia.

Yo que creo que he recogido del sentir de los militantes cuando dialogo con ellos y además es mi convicción personal: no, a nosotros nos gusta nuestro nombre y nuestros colores. Eso es lo que yo creo, yo voy a luchar por mantener nuestro nombre y nuestros colores”, expuso.





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