Lleva a cabo historiador de la UABCS investigación sobre la historia de El Triunfo

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La Paz, Baja California Sur- De acuerdo con Alejandro Telechea Cienfuegos, catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el año de referencia sobre la fundación del pueblo El Triunfo lo encontramos en 1751, tiempo en el que Manuel de Ocio registró la mina que bautizó con el nombre de “El Triunfo de la Santa Cruz”, la cual se encontraba en un lugar conocido con el nombre de “Cabezas de Arroyo Hondo”, siendo el segundo centro minero que se fundaba en la California.

Para 1857, se inaugura una nueva dinámica económica, política, social y poblacional gracias al arribo de algunas empresas como la Compañía Unida de Minas de la Baja California, la Compañía Franco-Americana, La Hormiguera Mining Company y El Progreso Mining Company, que se estableció en 1878. Esta última fue la que más impactó en la transformación de las estructuras económicas y sociopolíticas de El Triunfo y San Antonio.

Telechea Cienfuegos, quien imparte clases en el Departamento Académico de Humanidades, dijo que de ser una región que sumaba unos cuantos habitantes, pronto se convirtió en una zona con un importante desarrollo económico y poblacional, llegando a ella una diversidad de personas nacionales y extranjeras.

En el caso de los primeros, procedían del propio territorio y de entidades del país como Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nayarit y Michoacán, por mencionar algunas. En el caso de los extranjeros, eran sobre todo italianos, franceses, ingleses, norteamericanos, alemanes y chinos.

Con la consolidación de la minería en la zona, hubo un importante crecimiento demográfico, lo que trajo como consecuencia la transformación de las relaciones sociales, de la organización político-administrativa y del aspecto material de los pueblos, señala Telechea Cienfuegos.

“El Triunfo pasó de ser una congregación de pocos habitantes, a ser una comunidad con una intensa vida social y económica, por lo que pronto fue común ver en el pueblo establecimientos de comercios de ropa, abarrotes, panaderías, restaurantes, cantinas o boticas, con lo que se puso al alcance de todos, un mundo de mercancías”.

Sin embargo, el historiador indica que esta época de auge entró en su etapa de decadencia en los primeros años del siglo XX, lo cual respondió a diferentes factores de carácter local y también externos.

Entre ellos, menciona, se encuentra la falta de recursos por parte de la compañía El Progreso para reconstruir la planta productiva, la cual se encontraba en muy mal estado ante más de treinta años de servicio.

Otros fueron la depreciación del precio de la plata en el mercado mundial, el aumento en el precio de los insumos y el transporte; así como la crisis del régimen de Porfirio Díaz, con el subsecuente desplazamiento del poder local de un sector destacado de empresarios que había venido interponiendo sus relaciones comerciales y políticas para que la principal compañía minera de la municipalidad, El Progreso, no tuviera ningún contratiempo en el desarrollo de sus actividades.

A pesar de lo anterior y del despoblamiento ocurrido desde los primeros años del siglo pasado, el investigador universitario subraya que el sitio es poseedor de una gran riqueza cultural, natural e histórica que merece ser rescatada a partir de diferentes disciplinas científicas, por lo que, desde su posición como historiador, lleva a cabo investigaciones que aporten a ello.





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