Mariguana

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04 de Noviembre de 2018

La mariguana genera adicción y daños a la salud. Punto.

Empiezo así, porque es una realidad. Está comprobado científicamente que el consumo de la mariguana a edades tempranas produce afectaciones a la salud y México no está preparado para experimentar esa “libertad” del uso lúdico de la mariguana, ni su gobierno ni su sociedad.

Esta columna seguramente será rechazada y criticada por aquellos que están a favor de la despenalización de la hierba, por aquellos que el pasado miércoles aplaudieron sin reserva el quinto fallo de la Corte, que permite cultivar y consumir mariguana a cualquier ciudadano y que, por cierto, crea jurisprudencia (Excélsior, 1 de noviembre).

Ni soy conservadora ni me asusto con el tema, pero sí soy de las que piensa que necesitamos discutir con seriedad, tomando en cuenta que para tener esa “libertad” de consumo, necesitamos primero una sociedad preparada, educada; un sistema de salud eficiente y eficaz en el tema de prevención de adicciones; un programa de rehabilitación y desintoxicación para los que ya son adictos; una estrategia que contenga la violencia que genera el mercado ilícito de las drogas; una legislación que les quite el control a quienes hoy producen, venden y distribuyen las drogas intimidando y amenazando comunidades; una política social y educativa que fortalezca la calidad de vida de los jóvenes, que les genere oportunidades y una convivencia social y familiar sana.

¿Tenemos todo esto? No. ¿Ya sabemos cómo construiremos ese andamiaje social, educativo, de salud y de justicia? Tampoco.

Y se trata justo de debatir en serio. No es lo mismo regular el uso de la mariguana con fines medicinales (y en este tema, aún hay muchas lagunas legales), que permitir el uso de la hierba con fines recreativos.

Y para aportar al debate, les quiero compartir la información que encontré en el Informe Mundial sobre Drogas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, (ONUDC), sobre los efectos en Colorado, EU, a raíz de la autorización del uso de la cannabis con fines lúdicos:

“Desde su legitimación, el consumo de cannabis ha aumentado considerablemente en la población de Colorado de 18 a 25 años y mayor de 26 años, y se ha mantenido relativamente estable en los jóvenes de 17 y 18 años. No obstante, en ese estado se ha producido un aumento considerable de las visitas a los servicios de urgencias, los ingresos hospitalarios y las muertes por accidente de tráfico relacionados con el consumo del cannabis…”.

El reporte de la ONU también subraya otro efecto negativo que conlleva la despenalización: “En 2016, la cantidad de hierba de cannabis incautada en todo el mundo disminuyó en un 7 por ciento. Esa disminución se registró especialmente en América del Norte y podría haber influido la disponibilidad de obtener cannabis medicinal en muchas jurisdicciones y la legalización del cannabis con fines recreativos en varios estados de los Estados Unidos.”

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito hay 192 millones de personas que consumen mariguana en todo el mundo y de ese universo, 13.8 millones son jóvenes de 15 y 16 años.

Diversas organizaciones en materia de salud han argumentado que el riesgo de iniciación en el abuso de sustancias se da en el período de la adolescencia, entre los 12 y 17 años, y que el abuso en las drogas llega a su auge en las personas de 18 a 25 años. Además se ha documentado que el uso de la mariguana suele ser la antesala del consumo de otras drogas.

Aquí en México, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 indica que el consumo de drogas aumentó 47% en los últimos 7 años. Entre los adolescentes de 12 y 17 años, aumentó 125% y en mujeres 222 por ciento. En nuestro país hay 8.4 millones de habitantes que dicen haber consumido por primera vez o única vez una droga. La mariguana es la más consumida por los mexicanos, después de la cocaína y el crack.

En 2016, 17 mil 808 personas fueron atendidas en centros de atención de adicciones por consumo de mariguana.

“Es necesario que los jóvenes sean conscientes de que el consumo de drogas acarrea daños no sólo médicos, sino también socioeconómicos. El abuso de sustancias en la adolescencia incrementa la probabilidad del desempleo, los problemas de salud física, las relaciones sociales disfuncionales, la tendencia al suicidio, las enfermedades mentales e incluso la reducción de la esperanza de vida”, lo dice la ONU.

Entrar al debate significa discutir la viabilidad de una política pública y de gobierno respecto a la despenalización de las drogas, porque habrá repercusiones sociales, económicas, políticas, de salud y seguridad pública importantes en nuestro país.

¿Cuál es el verdadero problema con las drogas en nuestro país? ¿Un problema de salud, de violencia, de seguridad pública, de pobreza, de mercado con EU? ¿Menos violencia, pero más mariguanos?

                Twitter: @Fabiguarneros

 





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