21 de Febrero de 2019
Sé, entiendo que el título es muy fuerte, pero lo peor de todo es que es real. Hablo de Zebedeo, un niño que llega a lo que ahora conocemos como la Ciudad de México cuando tenía 13 años de edad, su hermana era empleada doméstica de una casa en la cual él ayudaba haciendo mandados, lavando ropa y coches. Ahí es cuando aprende a leer, pues en su ranchería nunca tuvo la oportunidad. Me dice que era tan pobre que llegó a comer lodo para tener algo en el estómago. No es broma ni leyenda urbana, es una ruda realidad que nos abruma todos los días y que eso pasó y sigue pasando en nuestro país.
Tuvo que irse a vivir como indigente a la Alameda Central, dormía en la calle o en coladeras, comía basura o comida que encontraba en los botes de basura, eso pasó no una, sino docenas de ocasiones. Un mal día llegó un “ángel guardián” que después se convertiría en la peor de las pesadillas, pues lo engañó diciéndole que le iba a dar de comer y le prestaría ropa limpia para que se cambiara.
Así lo hizo este hombre que pasaba los 30 años, mientras que Zebedeo tenía tan sólo 13 años. Pero el sueño rápidamente se acabó, aquel “ángel” se convirtió en un auténtico demonio que lo golpeaba, lo ofendía, lo insultaba, lo mantuvo amenazado de que mataría a su mamá si él escapaba. ¿Qué pasó después? ¿Cómo logró salir de ese infierno?, bueno, pues eso lo tienen que descubrir este sábado a las 9 de la noche en mi programa El minuto que cambió mi destino, en Imagen Televisión, canal 3.1.
Sin temor a equivocarme, es una de las entrevistas más fuertes, difíciles, pesadas que he tenido la oportunidad de hacer y con mucho gusto y más respeto a ustedes, público, y a mi invitado. Por eso les quiero decir que no se pueden perder El minuto… porque ese jovencito de nombre Zebedeo fue orillado a la homosexualidad por un hombre que lo violó y esto no lo digo yo, son palabras textuales del gran diseñador de fama internacional, Mitzy, quien en sus primeros años fue Zebedeo, pero llegó a odiar su nombre de pila y ahora se hace llamar Mitzy.
Los espero.
