Pensamientos que las mamás tenemos y que nos inundan de culpabilidad

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CIUDAD DE MÉXICO. 

Nadie nos dice que la maternidad muchas veces está acompañada de culpas. Los Libros de crianza y los consejos de las amigas, la mayoría de las veces, pasan por alto mencionar esta realidad: Sí, estarás enamorada de tu bebé, de tu vida con él, de las bendiciones. Sin embargo, a veces la maternidad te sobrepasa y deseas o piensas cosas de las que después te sientes terriblemente culpable.

 

Estas son algunos de los pensamientos más comunes que tienen las mamás y que inyectan nuestra alma de culpabilidad:

1.- Por favor que ya se duerma. Necesito que se duerma. “Bebé, duérmete tantito por favor, mamá necesita hacer cosas”. Ah, se durmió. Qué paz.

 

2.- ¿Por qué estoy trabajando si podría estar con él? ¡Apenas tiene tres meses! ¿En qué momento se me ocurrió regresar a trabajar si él está tan chiquito? Pero es que si no trabajo me vuelvo loca. ¿Cómo obtener lo mejor de los dos mundos? Me siento incómoda todo el tiempo con esta situación.

 

3.- Solo necesito 10 minutos para prepararme un jugo. “Mira, bebé, mira la tele: este programa te va a gustar mucho”. 30 minutos después: ¿Por qué le puse la televisión? Los bebés no deben ver televisión. ¡Pero es que no se entretenía con nada! ¿Y si se sobre estimuló con tantas caricaturas? Qué mal lo hice.

 

4.- Niño inquieto. “¿Qué tienes mi amor?” Mamá contestando mensajes en el celular, dándole

palmadas al bebé en el pecho para tranquilizarlo. “Ya, ya, ahorita te doy de comer, sólo déjame contestarle a tu tía Sofi”. Mamá continúa en el celular. El bebé termina llorando. “Soy la peor, no sé cómo no pude darte mi atención cuando me necesitabas. Maldito celular podía esperar. Por favor perdóname, bebito”.

 

5.- “¿Suegra, te podrías quedar con el bebé el fin de semana?”. ¿Pero, quién me creo? ¿Dejarlo así porque sí, porque necesito espacio? ¿Dejarlo mientras estamos en la misma ciudad solo porque necesito descansar? Lo extraño. No vuelvo a hacerlo nunca más.

 

¿Te identificas con alguna? Deposita la culpabilidad en el primer bote de basura que encuentres.  Eres humana, a muchas nos pasa, es normal. No somos robots cuidando niños, sino mujeres en constante aprendizaje, tratando de hacer lo mejor que podemos, preocupadas por ser las mejores madres que podamos ser. No siempre vas a lograr apegarte a la estrategia de crianza que has trazado para tu hijo: ellos han venido a la tierra a enseñarnos que la disciplina es básica, pero que la flexibilidad ante los cambios es también necesaria.

 

Si necesitas un espacio, pídelo. Si necesitas volver a trabajar, organízate para que tu bebé esté bien cuidad. Si le pusiste caricaturas, perdónate, no lo tomes como una tragedia. La próxima vez recuerda que hay muchas otras maneras de entretener a tu bebé mientras vas por ese jugo. Si un fin de semana le pediste a tu suegra o a tu mamá que se quedaran con tu pequeñito, ¡qué increíble! No hay personas que lo vayan a cuidar con más amor y a quienes hagas más felices con la presencia

de su nieto. Mejor dedícate a disfrutar tu fin de semana y a recargar pilas para recibirlo con todo el amor y la energía del mundo cuando vuelva a casa. Recuerda que para que él esté bien, tú debes estar bien primero. Deja la culpa en el cajón y te sentirás mucho más libre.

 

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