CIUDAD DE MÉXICO.
Tras recorrer un trayecto de casi tres horas que incluyó un largo tramo de una divertida autopista y algunos cruces por poblados llegamos a la ciudad, detuvimos nuestro vehículo y nos sentamos en la tercera fila de la nueva Peugeot Rifter, desde ahí todo luce distinto.
Debemos comenzar por aclarar que la tercera fila de este vehículo, aun con nuestra altura de 1.87 metros, es completamente funcional, que acceder a ésta no implica realizar una maniobra digna del Cirque du Soleil y que no nos sentimos como niños regañados al abrocharnos el cinturón de seguridad ahí.
Peugeot se ha preocupado por ofrecer no sólo un par de asientos extra que completen la suma de hasta siete pasajeros, sino además de generar ahí una experiencia que sea digna de contarse y sobre todo de vivirse.
La fórmula le salió tan bien que, al menos a nosotros, nos pareció más agradable y apetecible viajar en la tercera fila de la Rifter que en la de la 5008, de la que se tomó la platafoma para desarrollar este monovolumen, y esto a pesar de que la hermana mayor de la 3008 es una SUV muy bonita y llega a nuestro país con un equipamiento superior, que incluye un soberbio techo panorámico y algunas otras amenidades.
Obviamente, al desarrollar esta plataforma pensando en un vehículo de pasajeros y no en un utiliario encontramos un buen comportamiento que, sobre todo en las cerradas curvas de la carretera, nos permitió limitar la transferencia de pesos, lo cual ayuda a mejorar la comodidad de los ocupantes, sin importar en qué lugar del vehículo viajen.
No hay trucos complejos detrás de esto. Peugeot utilizó la receta que todo fabricante europeo de vehículos respetable hubiera hecho para meter a siete personas en un vehículo: incluir bolsas de aire frontales y laterales (4), control de estabilidad (ESC), control de tracción (ASR), frenos antibloqueo (ABS) y una supensión presentable, con frenos de disco en las cuatro ruedas.
GANCHO AL HÍGADO
Comenzamos a explorar todos los rincones de la camionetita y las ventajas siguieron saltando; la apertura de las puertas traseras corredizas, el diseño de los asientos que es sobre todo confortable, la versatilidad de la configuración de los asientos, múltiples espacios para acomodar cualquier cantidad de cosas y hasta el sistema de infoentretenimiento que cuenta con una pantalla táctil de ocho pulgadas, la cual nos permitió conectarnos a partir del Apple Car Play, así como el diseño reducido del volante que nos hizo sentir en un vehículo más deportivo y juvenil.
Pero lo que acabó por convencernos de la maravilla que teníamos en las manos fue la gran respuesta del motor 1.6 litros turbodiesel, que cuando pisamos el acelerador a fondo nos ofreció un empuje extraordinario, cortesía de las 169 libras-pie de torque que exprimimos a placer, gracias a la caja manual de cinco velocidades.
La respuesta de este motor de cuatro cilindros es muy solvente para mover los 1,522 kilogramos que este vehículo registra en la báscula, y esto a pesar de que la marca promete un extraordinario rendimiento de combustible, cercano a los 20 kilómetros por litro en carretera, algo muy inusual en vehículos de siete pasajeros.
A altas velocidades los 90 caballos de fuerza no lo hacen mal, aunque hay que reconocer que el enfoque de la Rifter es más familiar que otra cosa.
Debemos confesar que al ver un vehículo tan cuadrado, por fuera, y de poco más de 4.7 metros de largo, esperábamos movimientos más burdos al salir de las curvas, o que la parte posterior de la camioneta no nos permitiera atacar con firmeza las trayectorias ideales durante los giros de nuestro trayecto, sin embargo, nos llevamos una grata sorpresa al encontrar un comportamiento que nos hizo sentir cómodos y seguros en todo momento.
Hay que decir que la dirección cuenta con asistencia eléctrica, por lo que además de ser cómoda no es cansada, a pesar de las casi tres horas de trayecto que enfrentamos.
Nos pareció raro, pero no descabellado el contar con un muy buen equipamiento que incluye controles al volante, vidrios eléctricos delanteros y sensor de luz, freno de estacionamiento eléctrico, sensor de lluvia y climatizador automático, que contrasta con algunos materiales que nos parecieron algo toscos. Sin embargo, si pensamos en la versatilidad del vehículo, y que de pronto va a tener que cargar no sólo con la familia sino a veces con mascotas, todo tipo de equipaje y en una de esas hasta con una mudanza, la camioneta está lista para eso y más.
La Rifter llega en dos versiones Active y Allure, que varían en equipamiento, así como en la tercera fila que sólo llega para la Allure, y estamos seguros que ésa es por mucho una de las mejores opciones para llevar a siete pasajeros de forma cómoda, eficiente y por un costo muy razonable.