Pregnancia 2019/03/08 | Excélsior

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08 de Marzo de 2019

Quien se tome la molestia de investigar el significado del vocablo pregnancia y observe con curiosidad y atención uno de sus ejemplos, específicamente donde aparecen tres círculos incompletos, semejantes a la figura del juego Pac-Man, una boca que devora lo que encuentra, colocados en forma equidistante, podrá corroborar cómo el ojo humano puede ver cosas que no existen En los círculos incompletos de color azul se forma un triángulo ilusorio. El triángulo físicamente no existe, pero ahí está, lo ve nuestra mente a través de nuestro imperfecto ojo. Esa imagen es algo de lo más sorprendente porque nos induce a ver lo que no existe.

En el entorno a los micrófonos y a la pantalla de cristal se presencia en el futbol soccer, desde hace varias semanas, un fenómeno que no se presentó al menos durante tanto tiempo en el atletismo, la natación o el tenis. Los últimos se adaptaron y aceptaron con rapidez la tecnología que predomina sobre las apreciaciones individuales. Históricamente, la tecnología, desde el cronometraje manual a raíz de que el inglés George Graham le añadió, en 1721, la aguja del segundero al reloj, evolucionó con pasos lentos y vertiginosos. Los primeros cronometrajes se iniciaron diez años después en las carreras de caballos.

Con el cronometraje y sistemas de medición electrónico, con el añadido de la fotografía, se terminaron las polémicas sobre las llegadas y posición de los atletas, sobre todo en las pruebas de velocidad. Igual ocurrió con las placas en la natación o con el ojo de halcón en el tenis que determinó con precisión la huella de la pelota.

Desaparecieron las opiniones tan categóricas como subjetivas. Tal vez con mayor conocimiento, cultura y respeto a los televidentes ocurrirá con los comunicadores de futbol. De una sola imagen es imposible establecer un criterio aproximado a la realidad. No sólo son los comunicadores, son también los entrenadores, los jugadores y una gran mayoría de aficionados. Se presenció con el técnico Santiago Solari, del Real Madrid, en el partido que fue eliminado por el Ajax —qué expresión de energía, de imaginación, de armonía y de buen futbol ofrecieron los holandeses— y en las airadas protestas del brasileño Neymar en la eliminación del Paris Saint-Germain ante el Manchester United.

La tecnología de punta que se emplea hoy en el futbol será mejorada, como sucedió en otros deportes. Es un auxiliar que va a terminar con algunos vicios, trampas y tendencias que un solo árbitro no puede resolver ni con la ayuda de los abanderados. Un acontecimiento tiene más de una interpretación.

Y con frecuencia lo que se observa en la pantalla no lo alcanza a ver el árbitro desde su perspectiva en la que, con relativa frecuencia, su vista es obstruida por alguno de los futbolistas.

Es por demás decirlo, pero, con la tecnología, la mano de Dios de Maradona nunca habría sido gol. Ni se calificaría como habilidad lo que realmente fue una trampa. Será más difícil desterrar la idea, la afirmación categórica, de que un partido sería muy diferente si tal o cual equipo hubiera anotado el primer gol. Como si no hubiese oncenas que remontaron marcadores no sólo de uno sino de tres goles en contra.

La resistencia en aceptar la tecnología cederá en forma gradual. Mediante diversos criterios de medición se determinó que la pelota que Mazraoui introdujo al campo, que motivó el tercer gol del Ajax sobre el Real Madrid, no estaba totalmente fuera de la línea de banda. Dos centímetros y medio de la circunferencia estaban dentro. La acción y el gol fueron dentro de las reglas.





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