29 de Abril de 2019
Después de la inolvidable experiencia vivida la semana pasada en el campo de Tigres, toca ahora la vuelta y la definición del campeón de la Concacaf.
Los regios hicieron una verdadera fiesta en el partido de ida con un ambiente pocas veces visto en el futbol mexicano.
Monterrey fue mejor en el primer tiempo y Tigres lo fue en el segundo. La gran diferencia fue que de las cinco ocasiones que generaron los Rayados acertaron una con un gran remate de cabeza de Nico Sánchez para llevarse ventaja.
Ventaja mínima, pero al final ventaja que no es para nada definitiva.
Otra vez Monterrey se paraliza y veremos si el equipo de Diego Alonso se puede quitar tantos fantasmas de encima luego de perder con el rival de la ciudad una final de liga y una femenil en su estadio.
Estadio que por cierto está a la altura de los mejores del mundo.
Si estos dos equipos están en la final de la Concacaf, es el gran ejemplo de que algo están haciendo muy bien y, además de tener un gran presupuesto lo saben gastar para armarse hasta los dientes y ofrecernos plantillas de lujo para pelear en la zona y ser serios aspirantes en la liguilla.
Para la próxima liguilla, el ganador del miércoles saldrá muy fortalecido, mientras que el perdedor quedará obligado a ser campeón de liga después de fracasar en el intento de ser el representante en el mundial de clubes de la FIFA.
Torneo que Monterrey conoce muy bien, pero Tigres, no.
No deje pasar la oportunidad de ver la gran final de Concacaf. Será inolvidable otra vez con la posibilidad de que Rayados se lleve la serie o que los Tigres remonten. Puede pasar cualquier cosa el miércoles en el gigante de acero.
Me gustaría que los Rayados se coronaran, aunque no descarto que el equipo de Ferretti cambie de estrategia y nos ofrezca algo maravilloso.
Cierto es que no pasa de ser un clásico regional, pero en todos los años que tengo viendo futbol este tipo de ocasiones son diferentes a lo que se vive en todo el futbol mexicano.
