17 de Abril de 2019
Sin conocer a profundidad el contexto interno, es difícil entender la racionalidad detrás de las determinaciones recientemente tomadas en Chivas en relación al entrenador. Para opinar de este tipo de temas siempre prefiero ser cauteloso, ya que puede existir información interna desconocida que vuelva entendible decisiones que, a simple vista, lucen totalmente irracionales. Dicho esto, lo acontecido desde la salida de Cardozo al respecto de su sucesor es un manual de la antigestión deportiva.
¿Merece la trayectoria de El Jefe Boy, tanto desde la perspectiva del club como de la de él mismo, ponerse a prueba en un seudointerinato de un puñado de fechas? ¿Merece el interinato de un prócer del club como el Beto Coyote haber sido juzgado con un partido?
Seguramente la respuesta, en ambos casos, es que no. Un despropósito por partida doble.
En el Club dicen en declaraciones oficiales que no están seguros de que Tomás vaya a ser el DT a largo plazo. Ergo, los jugadores, que son grandes corresponsables de la situación deportiva actual, saben que estas próximas jornadas son más definitorias para la continuidad del entrenador que la de ellos mismos. ¿Cómo hace un director técnico para imponer su autoridad en ese escenario?
El futbolista, si algo tiene, además de talento para jugar a la pelota, es una alta capacidad de percepción. Ocupar un lugar que miles soñaron tener y no lo lograron tiene muchísimo mérito, desde lo mental, y no es para cualquiera. Como dice Jorge Valdano, lo primero que se mide en un vestidor es el poder que tiene el director técnico. ¿Cómo hace Boy para legitimar sus decisiones ante un plantel que no sólo percibe, sino que prácticamente se le anuncia en conferencia de prensa, que su trabajo será puesto en consideración y que no está firme en el puesto? La reflexión principal que deberían hacer en estos momentos es cuál es el proyecto institucional; ¿Hay un hilo conductor entre Almeyda, Cardozo y Boy? ¿En qué estrategia organizacional embonaron sus diversas características?
El futbol es tremendamente generoso, por lo que un proceso que, pocos recuerdan, arrancó de forma muy desprolija, terminó siendo una etapa exitosa para los albirrojos. La estadía de Almeyda fue muy positiva para el club, tanto por la capacidad del propio Matías como por la calidad y compromiso de los jugadores del Rebaño.
Algo que empezó mal acabó bien, ojalá éste sea el mismo caso, la realidad de Chivas es de suma importancia para el futbol mexicano.
