Sor Juana Inés de la Cruz, bajo reserva y sin presupuesto

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CIUDAD DE MÉXICO.

Aunque Sor Juana Inés de la Cruz fue declarada mujer ilustre en noviembre pasado a partir de un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF), no existe una partida presupuestal destinada a su celebración y homenaje, ni un programa de actividades por parte de la Secretaría de Cultura federal, que encabeza Alejandra Frausto.

Tampoco se ha confirmado si sus restos, que permanecen en el Claustro de Sor Juana, serán llevados a la Rotonda de las Personas Ilustres o si sólo se colocará un cenotafio como propuso Carmen Beatriz López-Portillo, mientras que la información sobre el estudio genético practicado a los restos óseos de Sor Juana fue clasificada como reservada hace unos días.

Excélsior pidió al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), a través de una solicitud de información, una copia del informe elaborado por la investigadora María de Lourdes Muñoz a partir de la muestra ósea que recolectó en 2011.

En una breve respuesta, el Cinvestav confirmó que sí resguarda “una pequeña muestra ósea” de la osamenta atribuida a Sor Juana en su departamento de Genética y reveló que sólo ha invertido 508 mil 600 pesos para la realización del estudio, pero determinó que toda la información de la investigación “se encuentra clasificada como reservada”, bajo el argumento de que podrá darse a conocer cuando se concluya.

Explicó que “la divulgación de información establecida en los proyectos de investigación que están en proceso, en los cuales incluyen metodología, procesos y tecnología para desarrollar y elaborar este proyecto, es considerada como secreto industrial y comercial, además de (generar) derechos de autor, motivo por el cual no puede entregarse”, y se apegó a la Ley de Patentes y la Ley de Propiedad Intelectual.

 

EL INAH desconoce

 

Al respecto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que no cuenta con información relacionada con dicho estudio genético y confirmó que dichos restos se ubican en el ataúd XXVI del Coro Bajo del Claustro de Sor Juana, el cual muestra el cráneo incompleto y piezas dentarias perdidas como elementos asociados a la poeta.

Además, compartió con este diario el informe completo en el que se da cuenta de la única restauración efectuada a los restos óseos, en 2015, a cargo de la investigadora Luisa Mainou, asignada como perito restaurador.

En dicho informe, Mainou abunda en los trabajos de conservación, restauración y montaje realizado a los restos atribuidos a Sor Juana en 2015, que “consistió en limpieza, remineralización, bioconsolidación, restauración de algunas piezas óseas y montaje”, piezas descubiertas en 1978 por Arturo Romano y María Teresa Jaén en el Convento de San Jerónimo.

Los trabajos fueron efectuados por Mainou y expertos como Josefina Bautista, el antropólogo físico Mauro Ángeles, David Roldán, Sandra Leyva y Francisco Javier Deavila, en el laboratorio de antropología física del propio Claustro.

Luego de una limpieza minuciosa, los especialistas llevaron a cabo la remineralización, detalla el informe, para lo cual utilizaron una solución de fluoruro de sodio al 0.5% en agua destilada y el proceso se hizo por inmersión durante un periodo aproximado de 30 minutos.

Pero “debido a que se contaba con poco tiempo para realizar el trabajo de conservación y montaje, después de 24 horas de secado al aire libre, se utilizó pistola de aire caliente para terminar el secado completo de la epífisis”, reportan.

Entre los trabajos también se destaca la restauración de dos costillas derechas y el esternón “que se encontraban fragmentados en varios pedazos”. La intervención requirió de resina araldita la cual, una vez catalizada, se modeló hasta obtener la forma adecuada de cada uno de los huesos tratados. Posteriormente, detalla el reporte, se realizó la reintegración cromática con pinturas acrílicas Windsor & Newton.

Y con la finalidad de proteger los puntos de unión necesarios para armar anatómicamente el esqueleto, se pegó papel japonés con quitosano al 40%. Una vez seco el papel, utilizaron pinturas acrílicas para lograr un color similar al del hueso; y la unión entre cada uno de los huesos se realizó con silicón de baja fusión.

Finalmente, el esqueleto se fijó a una placa de acrílico que a su vez fue depositado dentro de un féretro de caoba hecho exprofeso por el Claustro.

 

ABANDONAR EL MITO

 

Excélsior charló con Alejandro Soriano Vallès, especialista en Sor Juana que prepara el lanzamiento de dos libros. El primero es la reedición de su biografía sobre la Décima Musa, titulada Sor Juana Inés de la Cruz. Doncella del verbo y la publicación de un estudio sobre Primero sueño, que será publicado por la Secretaría de Cultura del Estado de México.

Vía telefónica, señaló que ojalá la declaratoria como mujer ilustre de noviembre pasado “sirva para mayor gloria de la autora novohispana, siempre y cuando se trate de la Sor Juana que surge de los documentos históricos y no de esa Sor Juana que ha sido despojada de su fe religiosa y que ha sido utilizado a lo largo del siglo XX para apoyar las causas del nacionalismo revolucionario, del feminismo y últimamente del homosexualismo”.

Y recomendó tres lecturas iniciales para comprender a Sor Juana: el poema Primero sueño, la Respuesta a Sor Filotea, la comedia de enredos Los empeños de una casa y la obra de teatro religiosa El divino Narciso, en donde Sor Juana muestra su maestría en la versificación y en sus conocimientos de teología, filosofía e historia.

Hasta el momento, la única institución que prepara actividades para recordar a la monja jerónima es el Claustro de Sor Juana. El programa será anunciado el 12 de febrero e incluirá un par de libros, la celebración por los 40 años de dicho espacio académico, algunas jornadas culturales y un congreso dedicado a la poeta novohispana, en noviembre, así como la celebración de Sor Juana por los 350 años de profesión como monja de velo negro, efectuada el 24 de febrero de 1669.

 

cva





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