Entre las múltiples agendas pendientes que tiene el país, el tema de la violencia contra las mujeres es uno de los principales desafíos, señala Inmujeres. Fotos: Patricia Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.
En México, en lo que va del año, todos los días, en promedio, 269 mujeres han sido víctimas de delitos como secuestro, lesiones, homicidio y feminicidio.
Cada mes, durante 2018, se han perpetrado 67 feminicidios, 222 homicidios dolosos y 24 secuestros en contra de mujeres.
Los datos más recientes difundidos por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de la Secretaría de Gobernación, dan cuenta de que entre enero y septiembre 72 mil 639 mujeres han sido víctimas de algún delito que atenta contra su vida o su integridad personal.
Con este escenario de “emergencia social”, México llega hoy a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Llegamos a este 25 de noviembre con una situación de violencia preocupante contra las mujeres, toda vez que por la persistencia, por las dimensiones y consecuencias que la violencia contra las mujeres tiene sobre el tejido social y la gobernabilidad democrática, estamos frente a una situación de emergencia social”, alertó Pablo Navarrete Gutiérrez, coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
En entrevista, el funcionario reconoció que pese a los múltiples esfuerzos institucionales para hacer frente a esta situación, entre ellos, contar con la red de institutos de las mujeres más grande en la región de América Latina y el Caribe, leyes de avanzada como la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y un presupuesto para este año de 50 mil millones de pesos, México no ha podido frenar la violencia que padecen sus mujeres.
Cada tres horas se asesina a una mujer en nuestro país, al día tenemos 7.5 casos. Somos, hay que decirlo con toda la vergüenza del mundo, uno de los países más violentos contra las mujeres en la región de América Latina y el Caribe. Ni la institucionalidad ni las leyes ni los presupuestos han sido suficientes para revertir este fuerte arraigo social y cultural de la violencia que existe en nuestro país y que, acompañado de la impunidad, tiene dimensiones escandalosas, y sumado a la corrupción, se han constituido en diques que no permiten avanzar como quisiéramos”, dijo.
Según las estadísticas del SESNSP, que toman como base la información proporcionada por las procuradurías y fiscalías generales de las 32 entidades federativas, en lo que va del año se han cometido 607 feminicidios.
El Estado de México encabeza la lista de lo que constituye la forma más extrema de violencia contra la mujer, con un total de 70 casos durante 2018. Le siguen Nuevo León con 58, Veracruz con 51, Guerrero con 43, Chihuahua con 41, Sinaloa con 33 y la Ciudad de México con 32.
El problema de los feminicidios se ha venido agudizando, generando que hoy estemos en una emergencia nacional porque estamos en los años más críticos de incremento de asesinatos contra mujeres, además de que vivimos una epidemia de desapariciones”, expuso María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
La activista indicó que aunque se han decretado 17 Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en el país se les tiene que dar seguimiento para que sean efectivas.
El problema es que no hay mecanismos de supervisión y de sanción y entonces de qué sirve, por ejemplo, haber trabajado para tener mecanismos de búsqueda inmediata para que se pueda evitar un feminicidio si la autoridad no los aplica. Observamos un desinterés, una minimización del problema, de no reconocer la violencia contra las mujeres, y por supuesto, también la persistencia de la corrupción de autoridades implicadas en temas delicados como la trata de personas”, reprochó.
En este contexto, tanto Pablo Navarrete Gutiérrez, de Inmujeres, como María de la Luz Estrada, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, coincidieron en que, entre las múltiples agendas pendientes que tiene el país, el tema de la violencia contra las mujeres será uno de los principales desafíos que enfrentará la próxima administración.
