Tiene usted razón, secretaria Sánchez Cordero

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31 de Marzo de 2019

Estimada Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación: tiene usted toda la razón cuando dice, con motivo de la monumental rechifla y griterío en la inauguración del estadio de los Diablos del México, “yo pediría más educación, más solidaridad con cualquier persona”, esas palabras son muy sabias y vale la pena recordarlas siempre.

Porque hoy la escena nacional se ha convertido en un ring en el que se debate a gritos y sin sentido, los legisladores escupen insultos y majaderías en plena sesión o hacen declaraciones que no se aceptarían en la cantina más deplorable del barrio; Jesusa Rodríguez y Paco Ignacio Taibo II son sólo dos ejemplos.

Cierto, señora Sánchez Cordero, que el estadio se llenó de rechiflas y gritos con la presencia del señor Presidente, pero recuerde que eso hacen todos los fanáticos del mundo, sea en el futbol, beisbol o lucha libre y que gritan, abuchean e insultan, incluso, a sus propios jugadores; además, varios mandatarios: Díaz Ordaz, Miguel de la Madrid, Cuauhtémoc Cárdenas, recibieron tremendas silbatinas cuando asistieron a una concentración semejante; ellos callaron que es la mejor manera de aplacar a la muchedumbre.

El señor Presidente no supo cómo reaccionar, su silencio hubiera sido mejor, pero, entrón como es, respondió con agresiones, y eso le valió una silbatina aún mayor, como dice mi tía:  “el que se lleva, se aguanta”.

Bien por su llamado a la cordura y a que actuemos con más educación y, por eso  desde ahora, le pido que tenga una muy seria reunión con el señor Presidente y le diga eso mismo, porque no me negará que él es el que se ha singularizado por atacar, insultar y herir con la palabra a todos los que no comulgan con sus ideas.

En estos años, se han podido recoger las agresiones verbales del señor Presidente, una de ellas (*) enumera 84 palabras ofensivas o humillantes: achichincle, alcahuete, aprendiz de carterista, arrogante, blanquito, calumniador, camajanes, canallín, chachalaca, cínico, conservador, corruptos, corruptazo, deshonesto, desvergonzado, espurio, farsante, fichita, fifí, fracaso, fresa, gacetillero vendido, hablantín, hampones, hipócritas, huachicolero, ingratos, intolerante, ladrón, lambiscones, machuchón, mafiosillo, maiceado, majadero, malandrín, malandro, maleante, malhechor, mañoso, mapachada de angora, matraquero, me da risa, megacorrupto, mentirosillo, minoría rapaz, mirona profesional, monarca de moronga azul, mugre, ñoño, obnubilado, oportunista, paleros, pandilla de rufianes, parte del blindaje, payaso de las cachetadas, pelele, pequeño faraón acomplejado, perversos, pillo, piltrafa moral, pirrurris, politiquero demagogo, ponzoñoso, ratero, reaccionario de abolengo, represor, reverendo ladrón, riquín, risa postiza, salinitas, señoritingo, sepulcro blanqueado, simulador, siniestro, tapadera, tecnócratas neoporfiristas, ternurita, títere, traficante de influencias, traidorzuelo, vulgar, zopilote; ese, señora es el vocabulario del hombre que ha dividido en dos al país con su verba irredenta que impide la armonía en los mexicanos, azuzando a sus seguidores a seguir su ejemplo.

Si llega a tener ese encuentro con el señor Presidente, dígale que estamos hartos de sus agresiones mañaneras.

Que quienes alzamos la voz para hacerle ver lo que está ocurriendo, no insultamos; que si decimos que es ignorante es porque ha demostrado su incapacidad en economía; si decimos que es necio, es porque frente a la realidad social y económica y los consejos de quienes ofrecen números duros y contundentes, él se niega a reconocerlos; y si tiene tiempo, dígale que sabemos que la carta redactada por su señora esposa y enviada a España tuvo como único objetivo distraer la atención de los mexicanos para que no vean los problemas de Pemex, de la CFE, de los despidos injustificados y los recortes a los programas sociales; maniobras semejantes las hicieron L.F. Galtieri, en Argentina, cuando hizo la guerra de las Malvinas y G. Bush cuando atacó a Irak porque “habían armas atómicas”; ese jueguito ya lo conocemos.

Espero que pueda convencer al señor Presidente a que hable con más educación, será bueno para todos.

 

                                                                (*)Gabriel Zaíd, 24/03/19

 





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