Tristeza y sed de justicia marcan último adiós a Aideé

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Foto: Cuartoscuro/Archivo.

CIUDAD DE MÉXICO.

Tras largas horas de angustia, declaraciones ante el ministerio público de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) de familiares y alumnos, fue entregado el cuerpo de Aideé Mendoza.

Con la rigurosa necropsia en el Instituto de Ciencias Forenses a las 6:30 de la mañana, una camioneta salió de este instituto para trasladar el cuerpo de la joven a una funeraria para prepararlo.

A las 11:35 de la mañana, se abrieron las puertas del Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, ubicado en el eje 8 Ermita Zaragoza en la colonia Santa Cruz Meyehualco en la alcaldía de Iztapalapa, se hizo un homenaje a la joven Aideé Mendoza, quien murió por una bala que aún no sé sabe quién disparó.

Dicen que la tristeza, no tiene olor, ni color; pero en el templo mormón, Andrea su mejor amiga no lloraba, pero se percibía su dolor.

Largos abrazos que se daban al verse, el último el pasado viernes 26 de abril, abrazo con una larga platica y buenos deseos.

La última vez que la vi fue el viernes, ella me dijo que quería lo mejor para mí que buscará alguien que me quisiera, que ella me quería ver feliz, con quien estuvieron o dónde estuviera, pero ella me quería ver bien”.

Su voz se escuchaba triste, con una gran carga de dolor, “si hubiera sabido que ese sería el último abrazo para ella, nunca la hubiera soltado”, aseguró Andrea que no disimulaba su rostro devastado por la pena.

A sus 18 años, participaba activamente en la Brigada de Boy Scouts de la alcaldía de Iztapalapa, espacio donde se ganó el cariño de sus compañeras y compañeros que en homenaje le pusieron el estandarte de la flor de loto con la leyenda de Judea en su féretro.

Familias, amigos, miembros de la congregación de su iglesia entraban y salían, solo se despedían, con la tristeza y la resignación marcada, la familia solo exige justicia

Lourdes Cuautle, tía de Aideé, no pedía mucho a las autoridades, sólo justicia.

Les exigimos justicia, solo justicia con la niña no, no es gran cosa lo que estamos pidiendo”.

Cómo transcurrieron las horas una repentina lluvia se dejó sentir, adentro en la intimidad de los salones de este templo, se llevó a cabo el servicio funerario de cuerpo presente.

12 arreglos florales, tres ramos de rosas y uno de nubes acompañaban el féretro.

El silencio solo era roto por la reflexión del pastor quien resaltaba las bondades del buen corazón de la joven estudiante que se desvaneció en su salón de clases.

Junto con ella, sus sueños de estudiar en Ciudad Universitaria la carrera de Ciencias Forenses, se fueron con ella en instantes.

Un homenaje de cuerpo presente de más de nueve horas y media, donde uno por uno de sus conocidos podía darle el último adiós.

Al término del servicio funerario, Aideé fue llevada a la comunidad de Tempexquixtla, perteneciente al municipio de Huatlatlauca, Puebla para ser sepultada.

 

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