Una amarga Navidad para el pueblo 2018/12/25

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25 de Diciembre de 2018

Al redactar estas líneas, miles de mexicanos tienen en vilo su futuro inmediato, pues el gobierno federal y sus legisladores en la Cámara de Diputados aprobaron un presupuesto que traiciona a los más pobres de este país y, de este modo, exhiben su soberbia, centralismo, asistencialismo y opacidad.

El presupuesto federal 2019 aprobado en vísperas de la Navidad condena a los pobres a seguir siendo pobres, pues disminuye sustancialmente los recursos para el campo, la pesca y la ganadería y reduce a menos de la mitad los fondos para las estancias infantiles, lo cual afectará a las mujeres trabajadoras y a sus hijos.

Se trata de un presupuesto que no promueve la inversión y el empleo, por el contrario, fomenta una política asistencialista y clientelar. Un ejemplo es la reducción de los recursos para la ciencia y la tecnología, así como la desaparición de fondos que promovían el turismo, como los destinados a la promoción turística o la desaparición del programa de pueblos mágicos, que dejará a miles de mexicanos en el desempleo y afecta el desarrollo regional.

A pesar de las adecuaciones de última hora, el presupuesto es muestra de la reiterada actitud que hemos visto en el Presidente, al vulnerar todo lo que signifique un contrapeso al Poder Ejecutivo federal. Se trata de un presupuesto centralista que quita recursos a los estados y municipios y, por un espíritu revanchista, pierde de vista que la disminución de recursos afecta directamente a los ciudadanos y tiene un impacto negativo en la productividad y competitividad regional por la falta de obras de infraestructura básica.

De igual forma y contrario a lo anunciado, se disminuyeron los recursos a los órganos autónomos constitucionales como el INE, que incluso protestó al respecto, mientras que se corrigió (parcialmente) el “error de dedo” cometido con la reducción presupuestal a las universidades autónomas.

El paquete económico también revela una mentira del gobierno federal, pues en el periodo de campaña tanto el ahora Presidente como diversos integrantes de Morena prometieron que desde el primero de diciembre bajarían los precios de las gasolinas, lo cual no se cumplirá, y los mexicanos vivirán una amarga Navidad sabiendo que seguirán los gasolinazos.

La zozobra generada por la aprobación del PEF 2019 ha causado que decenas de miles de servidores públicos y sus familias pasen días y noches amargas y horas de incertidumbre porque se han quedado sin empleo, o bien, están amenazados con un despido masivo, arbitrario e ilegal.

Se habla de la baja de un 70% de los trabajadores de una dependencia estratégica para la estabilidad económica como es el SAT, lo cual dificulta la eficiencia administrativa y recaudatoria, pues con su salida se soslaya el costo de la curva de aprendizaje en una entidad caracterizada por su honestidad, profesionalismo e institucionalidad.

Es difícil entender la lógica que guía las decisiones económicas del nuevo gobierno. Se logra un modesto avance en las negociaciones con los tenedores de una parte menor de los bonos de financiamiento del NAIM-Texcoco, se echan las campanas al vuelo y, enseguida, se anuncia el arranque de las obras en Santa Lucía en enero, siendo que los estudios de liberación del espacio aéreo en la base militar se tendrán, acaso, ¡en marzo!

Lo que hemos visto en los primeros 25 días del nuevo gobierno es un despliegue de acciones para instaurar un régimen autoritario: la concentración de poder político y territorial, el control centralizado de los recursos públicos y la manipulación de la libertad de conciencia.

Así las cosas en esta época navideña. De nuestra parte, los mejores deseos para usted y su familia.

           *Secretario general del CEN del PRI





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