Vanessa Silva vive su sueño

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CIUDAD DE MÉXICO.

El apoyo y enseñanzas de los padres son cruciales para forjar el carácter de una persona y un ejemplo claro de esto es la actriz Vanessa Silva, quien le da vida a Marion en La Taxista, teleserie de Imagen Televisión, pues con apenas 19 años dejó su natal Venezuela para ir en pos de sus ilusiones: conquistar México.

México es la industria de la producción de telenovelas y siempre lo vi como un sueño y que ahora esté aquí es ¡wow! Cuando decidí venir acá muchos me dijeron ‘es un mercado muy complicado, difícil, muchas cosas que desmotivan y a la vez retan’, siento que eso me picó el orgullo y aquí estoy”, comentó a Excélsior.

Sus padres fueron pieza clave en esta decisión y Silva lo tiene muy claro.

Tomé riesgos desde pequeña porque esa es la enseñanza que traigo. Mis padres me dijeron ‘ahí están sus alas para volar, hágalo, nosotros estaremos ahí por si se cae, la levantaremos y otra vez volará’, eso lo tengo muy, muy presente, es por eso que soy tenaz, independiente y arrojada, pero con mucha responsabilidad, no me arriesgo a lo tonto y eso lo saben muy bien mis padres”, comentó.

Y es que desde que tenía cuatro años, la niña demostró que tenía ganas de sobresalir en el arte y lejos de coartarla sus progenitores la apoyaron más allá de lo creíble, incluso recibieron críticas de amigos y familiares.

Soy de Puerto Ordaz, Venezuela. Mi historia es larga, empecé desde muy pequeña, a los cuatro años en teatro escolar, concursos de belleza, cualquier cosa que estuviera relacionada con el arte me encantaba, cuando mis padres vieron que era lo que quería, decidieron dejar todo e irnos a Caracas, para que pudiera realizar mi sueño, la gente les decía a mis padres que cómo dejaban todo por cumplir los caprichos de su hija.

Nuestra vida cambió, nuestro nivel fue otro, en Puerto Ordaz estábamos muy bien, en Caracas fue diferente, pero mis padres jamás se quejaron y cuando había un curso bueno de actuación, ahí estaba, en primera fila. Decían: ‘actuación, baile y canto; si va a ser artista, lo será completa’, han sido un gran apoyo”, compartió.

Y los esfuerzos rindieron su fruto, pues Vanessa se convirtió en una cara conocida en su país, ya con una carrera fuerte, sabía que el siguiente paso era conquistar México.

Pero no fue fácil, al llegar aquí los temores la invadieron.

Por supuesto que tuve momentos de flaqueza en los que me pusé todos los ‘peros’ del mundo, que si gordita, que si tenía granos, que si el acento no lo lograba, en fin, ahora aprovecho para decirle a la gente que no se enfrasquen en eso, que vivan la vida, que aprovechen el tiempo porque no se recupera”, compartió.

Estuve un tiempo haciendo comerciales, nadie me conocía y no apostaban por mí, un año después hice casting para mi primera serie, Un papá a toda madre y después llegó mi gran oportunidad en Imagen Televisión, con la prepotente Marion, que está justificada su manera de actuar porque siempre se ha sentido olvidada, desplazada, la atención siempre ha sido para su hermana mayor y luego para la hija que tuvo, así que es normal que busque la forma de robar cuadro, por eso es grosera, altanera y clasista”, dijo hablando a su personaje.

Este rol, aunado a la imagen que tiene, le ha traído ciertos conflictos en la vida real.

He tenido que luchar contra muchos prejuicios, porque a veces, cuando la gente me ve, piensa que soy sangrona, pedante y grosera, pero la verdad es otra, mis padres me enseñaron a tratar bien a todos, a no hacer diferencia y siempre trato de ser una buena persona porque eso es el complemento de ser una buena actriz”, concluyó.





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