08 de Marzo de 2019
No estoy muy seguro de qué tenemos que celebrar en este día internacional de la mujer. Nuestras mujeres están viviendo una época terrible en México. Terrible no sólo por la violencia en sí, donde muchos estados (Guanajuato y Estado de México) compiten por ser el principal generador de feminicidios en el país; terrible porque todos los días desaparecen mujeres, jovencitas, niñas, sin que se tenga rastro de ellas y sin que esas desapariciones sean investigadas por las autoridades; terrible porque el grado de violencia y agresiones hacia las mujeres dentro de su propio hogar alcanza porcentajes altísimos; y terrible porque todo ello transcurre en la mayor impunidad, y con leyes que pueden ser más o menos rigurosas, pero que, simplemente, en la mayoría de los casos, no se aplican.
A todo esto hay que sumarle otro tipo de violencia: la pérdida paulatina de derechos adquiridos por las mujeres en los últimos años, en temas en los que el nuevo gobierno no quiere intervenir o cuando lo hace se equivoca. Lo de los albergues para proteger a mujeres víctimas de la violencia es una de las peores operaciones políticas que se recuerden, y pese a los propósitos de enmienda, no queda nada claro cómo seguirán funcionando y en manos de quién (no entiendo por qué el gobierno se empeña en tenerlos bajo su control y no reconoce el enorme trabajo de la red social que los ha levantado y opera cotidianamente).
El aniquilamiento de las estancias infantiles es costosísimo para las familias y, sobre todo, para las mujeres, por lo menos, 200 mil familias salen damnificadas y, por supuesto, las que más sufrirán son las mujeres que trabajan, que no tendrán dónde dejar a sus hijos, y las más de 35 mil mujeres que se prepararon y trabajan en estos centros que se quedarán sin empleo. Y recordemos, hablando de estas mujeres trabajadoras, que el 29 por ciento de los hogares de nuestro país es mantenido por una mujer. Que el superdelegado del gobierno federal en Veracruz proponga como solución que haya “muchas Yalitzias cuidando niños” ameritaría, por sí solo, que este personaje se fuera a su casa. Y no pasó nada.
A las mujeres se las vulnera, asesina y violenta en la calle, se toman acciones que les afectan en su vida laboral y familiar y, además, existe una tendencia a quitarles o reducirles sus derechos individuales. Existe una fuerte tendencia a acabar con derechos de las mujeres, como el del aborto, en buena parte del país, con apoyo de legisladores no sólo del PAN, en muchos casos del PRI, sino también de Morena, el PT y el PES, la coalición gobernante y que por alguna extraña razón dice ser de izquierda y progresista.
Esta semana, el Congreso de Nuevo León aprobó una reforma que penaliza el aborto y garantiza el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. No importaron las protestas de miles de mujeres y que la Comisión Estatal de Derechos Humanos les advirtiera a los legisladores que estaban vulnerando derechos, jurisprudencias y acuerdos internacionales.
El Congreso de Nuevo León aprobó la ley con 30 votos a favor (15 del PAN, siete del PRI, cuatro del PT, dos de Movimiento Ciudadano, uno del PES y uno de Morena), 8 en contra y 2 abstenciones. La norma estuvo cinco años en la congeladora legislativa. Había sido aprobada en primera vuelta el 28 de mayo del 2014. Ahora, con apoyo de buena parte de los partidos de la coalición gobernante en el ámbito federal, la desempolvaron y fast track fue aprobada.
Lo mismo se está planteando en varios otros estados. Con su popularidad y peso político, el presidente López Obrador muy fácilmente podría poner coto en esas tendencias provida. Pero no lo ha hecho, como no lo hizo cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México (en la capital los avances en este sentido se dieron con Rosario Robles y luego con Marcelo Ebrard, y, finalmente, con Miguel Mancera). No son los temas que le gustan o interesan al Presidente, no tiene sensibilidad para ellos, pero en torno suyo hay muchas mujeres poderosas que podrían hacerlo, que podrían lograr que el Presidente adopte una posición firme que se transmita a toda su coalición gobernante. Este 8 de marzo es una oportunidad para que lo hagan.
MAESTROS FRONTERIZOS
Mientras la CNTE ha entrado en un nuevo ciclo de movilizaciones que la alejarán del gobierno federal en la Reforma Educativa, el SNTE liderado ahora por Alfonso Cepeda, se sigue consolidando en distintos ámbitos. Esta semana, en San Diego, el SNTE, y la poderosa Asociación de Maestros de California (CTA) establecieron un programa de colaboración para atender a niños y jóvenes migrantes. La idea es que niños y jóvenes puedan continuar con su formación, independientemente de su nacionalidad, situación migratoria, género y origen étnico, a ambos lados de la frontera.
HUELGA
La CROC se quiere fortalecer inventando conflictos e incluso sindicatos. Luego de afiliar menos del tres por ciento de los 200 mil trabajadores de Walmart, quiere paralizar en todo el país a una de las empresas comerciales más grandes del mundo. Y después se quejan de las calificadoras.
