Esta mañana, al llegar a la Ciudad de México, nunca imaginé que podría tener frente a mí al presidente Andrés Manuel López Obrador, y cuestionarle la causa del porqué no se ha realizado la consulta pública del proyecto minero Los Cardones, propiedad del empresario Ricardo Salinas Pliego, integrante de su grupo de asesores.
El encuentro fue ameno. Lo encontré en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, rodeado de sólo ciudadanos que deseaban una fotografía con él; y él accediendo a cada una de las peticiones. Notando esta apertura era obvio que podría preguntarle lo que todos los sudcalifornianos deseamos saber: ¿qué pasará con la consultar pública sobre minería?
La primera vez que le hice esta pregunta me evadió. Sin embargo, al repetirla, respondió tajante: no habrá consulta pública. Después de esto, me aseguró que, a través de un decreto, Baja California Sur (BCS), su gente y su agua, quedaban blindados de la minería tóxica.
López Obrador dijo que los sudcalifornianos debemos estar tranquilos. Lo que tanto nos preocupaba no será realidad. Es decir, el proyecto minero del Grupo Salinas no se llevará a cabo y esto es algo que debemos de celebrar, así, como celebramos cuando gana nuestro equipo favorito de futbol un clásico.
Me dio gusto escuchar al presidente; sólo pude decirle gracias en tres ocasiones ya que su postura tajante me sorpendió. Gracias por no obligar a mi gente a huir del estado por el latente riesgo de que un proyecto minero contaminara nuestra agua potable, nuestro Sierra de la Laguna (el pulmón natural de La Paz y Los Cabos),
Pero que esto no sea razón para bajar la guardia. Aún hay más de 200 proyectos mineros que pretender establecerse en el estado.
Baja California Sur 1-0 Grupo Salinas…
