El genocida y sus subordinados 2019/01/31

0
493


31 de Enero de 2019

El gobierno de Estados Unidos genera una nueva modalidad del genocidio y crímenes de lesa humanidad a través de las sanciones económicas.

Se trata de acciones mucho más sutiles que una invasión militar, pero el daño que generan entre la población afectada suele ser sustancialmente mayor, puesto que obligan a los pueblos a vivir en la pobreza y les niegan la posibilidad de prosperidad.

El hegemón (Estados Unidos) obliga a sus países aliados (subordinados sin voz ni voto) a asfixiar financiera y económicamente a los países que no aceptan las condiciones del policía del mundo (p.ej. Cuba, Irán, ente otros).

Desde el enfrentamiento que puso al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial entre Rusia y Estados Unidos, Cuba ha tenido que pagar una factura verdaderamente elevada con un bloqueo económico que condena a los habitantes de ese pueblo a la pobreza, el aislamiento y el éxodo en el peor de los casos.

Si bien es cierto que es muy dudoso desde el punto de vista ético condenar a la miseria a personas por cuestiones de carácter político, en el caso de Cuba se excusan argumentando que se trata de un “régimen antidemocrático”. En concordancia con el siglo XX, Estados Unidos determina quién es un régimen digno y democrático y quién no.

A lo largo de los años, y en particular durante la administración de Donald Trump, se usa y abusa de los bloqueos económicos, la amenaza, la guerra sicológica.

Se mantiene uno en contra del régimen espurio de Venezuela como una medida de presión para que Nicolás Maduro convoque a elecciones.

Sin embargo, en algunos otros casos son medidas inadmisibles que están en las antípodas de buscar el resultado deseado.

A contrapelo de la razón o de la Unión Europea, la administración de Estados Unidos decidió bloquear a Irán bajo el falso argumento de que no han cumplido con el programa nuclear acordado entre esa nación y la comunidad internacional.

Mucho más allá de que, a primera instancia, resulta una gran mentira que Irán haya incumplido con su palabra, como en reiteradas ocasiones lo ha avalado la comunidad internacional, la decisión de Estados Unidos de bloquear económicamente a este país está generando graves daños a la población local y puede convertirse en una amenaza para la estabilidad económica regional. 

Se trata del castigo a una nación inocente en búsqueda de generar tensión en aquella región del mundo para expandir sus intereses geopolíticos. En palabras del presidente islámico, Hassan Rouhani, es la mayor presión y sanciones económicas de los últimos 40 años.

El año pasado, Irán cerró como el quinto mayor productor de petróleo en el mundo (cuatro millones de barriles al día). El régimen de Trump ha logrado disminuir el consumo internacional del crudo iraní, mientras que su amigo y aliado, Arabia Saudita, incrementa su producción.

El poderío económico de Estados Unidos lo convierte en una doble amenaza. Si bien es cierto que Alemania ha sido la voz más fuerte de la Unión Europea en defensa de Irán, ese país se ha convertido también en parte del bloqueo económico. 

Las Naciones Unidas y los países de buena voluntad tendrían que analizar a profundidad los daños indebidos que generan estas acciones fuera de la sana convivencia global. 

Atrás de estas acciones inmorales se esconde una intención genocida y vengativa que retumba ante el silencio cómplice de los que se denominan como “los buenos”.

                Twitter: @kimarmengol





Source link