CIUDAD DE MÉXICO.
De nueva cuenta estamos frente a uno de esos vehículos que pasarán a la historia como referentes de la industria automotriz, muchas personas podrán nunca haberse subido a uno, pero reconocerían la silueta de un Jeep con sólo verla. Fue un vehículo construido para la guerra y esa fortaleza le permitió conquistar algo más que al ejercito alemán.
Y a lo largo de 75 años mantuvo sus valores tan íntegros que nadie ha podido desbancarlo como el todoterreno por excelencia, de ahí que el reto de mejorarlo era mayúsculo, pues desde sus inicios no había mejor forma de escalar rocas, surcar dunas o cruzar ríos que en un Jeep.
La marca tuvo que sacar un par de trucos de la chistera para hacerlo aún más popular, y en su actualización apostó por darle algo que parecía irreconciliable con un vehículo como este: eficiencia y comodidad, cortesía de un retocado motor V6 3.6 litros de 285 caballos de fuerza y 260 libras-pie de torque, que fue acoplado a una nueva transmisión automática de ocho velocidades y a una nueva suspensión. ¿Qué más se le puede pedir a un vehículo que se jacta de ser invencible?.
En el árido desierto de Arizona nos demostró sus capacidades para escalar rocas y hacerlo con tal soltura que cualquier ingenuo pensaría que es sencillo de lograr.
Poco después llegó a México y nos ayudó a bordear la frontera con Estados Unidos, muy cerca de San Diego, California, demostrándonos que era posible recorrer cientos de kilómetros sin acabar con la espalda molida y la cartera agujerada, pues consumimos alrededor de un 35% menos combustible que el que hubiéramos requerido con la anterior generación.
Pero en un Jeep lo único que no se puede frenar es la diversión. Así que, para incrementar sus capacidades, Mopar puso unos cuantos juguetes que tenía guardados en la bodega como una suspensión que incluye amortiguadores Fox Racing, que lo hacen crecer dos pulgadas; neumáticos BF Goodrich T/A de 35 pulgadas de diámetro, y un snorkel, que le permite respirar al motor, sin peligro de que chupe agua, cuando pasamos por un profundo río como el Amacuzac, que nos atrevimos a retar a bordo de la versión Rubicon, la más capaz del Wrangler Unlimited.
A pesar de que la corriente incrementó el grado de dificultad de la maniobra, de la mano del experto en travesías Juan Bosco superamos la prueba del agua, tal vez la única que nos hacía falta a bordo de la más reciente ejecución de uno de los vehículos más divertidos de la historia: el Jeep Wrangler.