Lanza tus penas al viento 2019/02/23

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23 de Febrero de 2019

“Penar las penas no vale la pena”.

Proverbio gitano

 

Mi querido viejo: encuentro a un amigo de la infancia, de la misma rodada que yo y nos da gusto vernos después de muchos años y muchas experiencias vividas; hablamos de sueños y de triunfos, de lo que imaginábamos y lo que logramos, y me dijo, con un dejo de tristeza: “pero al llegar a estas edades, tenemos más penas que alegrías, y además, con las cosas que vemos en todo nuestro México desde hace dos meses…”

Yo me quedé callado, porque la verdad es que entre algunos achaques de la carrocería y desilusiones de la vida, y lo que ocurre con el nuevo gobierno siembra más dudas que optimismo, debemos aceptar que tenemos penas, pero pensando, le dije: -¿Te acuerdas de aquella canción que tocaban los Hermanos Carrión?, ¿aquella que decía que si teníamos tristeza, si había problemas, si había desengaños, “lanza tus penas al viento, que el viento las borrará, lalala, lalala, lalala”? Ambos reímos de la ocurrencia, pero la realidad es que vino a la memoria aquella época en que disfrutábamos como locos todos los días a todas horas, reíamos mucho, hacíamos planes, y los hermanos Carrión nos invitaban a lanzar las penas al viento. Hoy, muchos años después, si analizamos un poco, nos damos cuenta de que hemos sido más afortunados de lo que nos imaginamos.

Todos los seres humanos, quien más, quien menos, aun siendo felices han tenido penas,  o una infancia difícil, carencias económicas, tropiezos o fracasos en la escuela, un amor roto, otro maltratado, malos empleos, poco dinero, enfermedades, y sí, muertes de seres queridos; no hay en el mundo quien haya llegado “limpio” de preocupaciones, fracasos o penas, pero precisamente por eso debemos dar gracias a la vida, porque estamos aquí, y a nuestras edades, tenemos que reconocer que un buen número de nuestros compañeros de banca, de trabajo, o familiares, ya no está, ya no tiene penas, simplemente su vida terminó.

Entonces, mientras estemos aquí, ¡lancemos nuestras penas al viento!, porque hoy es un día más que nos regala la vida, porque con reumas, sordera o colitis, estamos aquí, podemos caminar, platicar, leer esta columna (que es para ti, querido viejo), y buscar entre los recuerdos los más agradables, los mejores, que nos permiten viajar al pasado hermoso, ese pasado que todos tenemos, esos momentos que fueron inolvidables, gratos, y el día se volverá luminoso.

¿De qué tenemos penas?, ¿de los agravios que nos hizo fulano o mengano?, ¿del desprecio y olvido que sufrimos de perengano?, ¿de la transa o el fraude que cometió zurungano?, esos asuntos son menos importantes que nuestra salud y se borran borrándolos de la memoria, porque debemos reconocer, querido viejo, que a veces nos aferramos a recuerdos negativos y eso no se vale, porque a la larga, quien vive amargado no sólo se amarga la existencia sino que su cara y su cuerpo mostrarán amargura.

Y en el terreno de la política, nuestros años viejos nos han dado la experiencia y la sabiduría que nos permiten lanzar nuestras penas al viento y opinar abiertamente sobre los problemas, los conflictos y los errores que vemos en esta sdministración; todos tenemos derecho a opinar y a que se respete nuestra opinión; querido viejo: escribe lo que piensas de lo que está ocurriendo en el país, escribe lo que creas que es bueno para lograr lo que todos deseamos: salud, bienestar, paz y tranquilidad.

“Lanza tus penas al viento”, decían aquellos hermanos Carrión, hoy a más de medio siglo de distancia, el consejo sigue vigente, ¿no crees, querido viejo?





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