Nicaragua y Costa Rica, letras que unen

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CIUDAD DE MÉXICO.

Solidaridad y acogida. Estas son las dos palabras que definen la relación entre Nicaragua y Costa Rica, afirma el escritor nicaragüense Sergio Ramírez (1942), quien siente un “profundo afecto” por ambos países centroamericanos, donde ha vivido “momentos fundamentales”, ha creado obra y se ha nutrido de su cultura.

Ahora, el Premio Cervantes 2017 ha logrado que la literatura una a estas naciones vecinas, a pesar de los conflictos fronterizos que han marcado su historia; ya que Costa Rica albergará, del 13 al 17 de mayo, la sexta edición del Festival Centroamérica Cuenta, que por primera vez sale de Nicaragua debido a la violencia.

No se puede realizar en Managua, como las cinco ediciones anteriores, que convocaron a unos 500 escritores y periodistas de 30 países. No hay seguridad para ello. Por eso opté por el cambio de sede”, comenta vía telefónica desde Boston (Estados Unidos) quien creó este festival en 2013.

Tras ser suspendido el año pasado, a causa de las manifestaciones y protestas que iniciaron en abril en Nicaragua, cuya represión ha dejado un trágico saldo de más de 500 muertos, este encuentro literario se llevará a cabo por primera vez, en su jornada de cinco días, fuera de su sede original.

La sexta edición se realizará en San José (Costa Rica) en el marco de la Feria Internacional del Libro de este país, con la participación de más de cien autores de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.

El novelista, cuentista y ensayista vivió 14 años en Costa Rica, con un paréntesis de 1973 a 1975, cuando se trasladó a Berlín gracias a una beca otorgada por el Servicio de Intercambio Académico Alemán, narra.

En San José, detalla, trabajó en distintas empresas: dirigió la revista Repertorio, asumió la secretaría general del Consejo Superior Universitario Centroamericano en 1968 y 1976 y fundó la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) en 1978. Aquí también confeccionó la novela Tiempo de fulgor y los cuentos que integran los libros De tropeles y tropelías y Charles Atlas también muere.

Esto me permitió conocer muy bien el país. Inicié mi vida de casado en un ambiente cultural diferente al que conocía. Vi crecer un movimiento teatral importante de exiliados chilenos, uruguayos y argentinos. Descubrí un país con orquesta sinfónica y un sistema juvenil de música, lo cual me enriqueció muchísimo”, recuerda.

El abogado y político, quien fue vicepresidente de Nicaragua del 10 de enero de 1985 al 25 de abril de 1990, explica que precisamente en Costa Rica ideó en 1971 el antecedente de Centroamérica Cuenta.

Con motivo de los 150 años de la Independencia de los países de la región, organizamos una actividad cultural que no se volvió a repetir: integraba una bienal, un encuentro de escritores, una feria del libro y un festival de teatro. Tuvimos como invitados a pintores como el mexicano José Luis Cuevas y el peruano Fernando de Szyszlo, y a la crítica de arte argentina Marta Traba”, destaca.

 

 

UNA TRADICIÓN DE NARRADORES

Sergio Ramírez señala que Costa Rica posee una fuerte tradición de narradores y que una de sus plumas más importantes ha sido el escritor y educador Joaquín García Monge (1881-1958), quien influyó en creadores como Gabriela Mistral, José Gorostiza y Pablo Neruda.

Se conoce poco la riqueza de las letras costarricenses, a los narradores ligados a lo que fue la tradición bananera, como Carlos Luis Zayas. Se tiene una temática común con la literatura nicaragüense: la corrupción, las migraciones. Los escritores recrean de alguna manera la realidad, pues existe una fuerte corriente migratoria de Nicaragua hacia Costa Rica, que para nosotros es un atractivo laboral. Unos 50 mil nicas han huido al país vecino en busca de refugio político o crecimiento económico”, indica.

Por lo anterior, al autor de Margarita, está linda la mar (Premio de Novela Alfaguara 1998) le da gusto que el evento literario más importante de la región y “uno de los espacios clave para la reflexión y el diálogo sobre la realidad y cultura centroamericana” se lleve a cabo este año en San José.

MADURO Y FUERTE

Claudia Neira (1975), directora del festival, agrega vía telefónica desde Costa Rica, donde afina los detalles, que la sexta edición estará dedicada al cuentista nicaragüense Ulises Juárez Polanco (1984-2017), “a quien perdimos hace dos años en lo mejor de su potencia creadora. Fue nuestro primer director y halló el nombre justo para el encuentro: Centroamérica Cuenta”. Y se rendirá también un homenaje, explica, a la poeta costarricense Eunice Odio, cuyo centenario de nacimiento se celebra este año.

La gestora cultural añade que el encuentro literario, que tiene un presupuesto inicial de 250 mil dólares, aportados por los gobiernos de diversos países y varias empresas privadas, “ya está consolidado, maduro, institucionalizado, con buen prestigio internacional y con la fuerza para seguir itinerante, pues es difícil regresar a Nicaragua si no cambian las circunstancias”.

Concluye que el siguiente paso es integrarlo al circuito de festivales del continente.





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