30 de Diciembre de 2018
En su primera discusión y aprobación del presupuesto para el 2019, la mayoría de Morena en la Ciudad de México dejó ver su limitada visión para el desarrollo social y de gobierno, pero, sobre todo, sacó a relucir su mediocridad política y su gen antidemocrático.
Es sorprendente ver cómo estamos dejando pasar la oportunidad para crear una nueva forma de hacer política cuando el primer Congreso de la Ciudad de México aplica las artimañas de las que Morena siempre se ha declarado víctima. ¿La diferencia? Hoy el partido de Andrés Manuel López Obrador es mayoría.
La aprobación del presupuesto, en donde la Ley de Ingresos establece obtener 234 mil 16 millones de pesos, se dio entre una cortina de transparencia y austeridad, pero en el fondo es opaca, pues Morena y el gobierno de la Ciudad de México ocultaron recursos que fueron asignados por la Federación.
Resulta inadmisible y vergonzoso que pretendan ocultar que como parte de las participaciones federales se le den a la ciudad 96 mil millones de pesos, pero en el dictamen rasurado sólo se reportaron 86 mil millones, pese al estandarte de austeridad. ¿Austeros? Sólo de dientes para afuera, sólo lo es Morena en el discurso. Existe un crecimiento de 10 mil millones de pesos en el presupuesto para los funcionarios del gobierno de la ciudad en el rubro de servicios personales, y ese destino aún no es claro, pero todo apunta a que se va a crear más burocracia.
¿Insensibilidad política y social? Parecen iguales a los que tanto critican. Las reservas que se presentaron fueron rechazadas, vapuleadas por la mayoría de Morena, dejando ver que no les interesa el bien común. Siendo fieles a su doctrina: la única verdad es la que ellos imponen, la que su líder les dicta.
Eso no es todo, la lista de pifias se extiende a lo largo de la definición del presupuesto. En el espacio público, Morena también desechó las reservas que realicé a la aprobación del Código Fiscal para que la Secretaría de Administración y Finanzas destinara los recursos obtenidos por el servicio de parquímetros y por el aprovechamiento de obras, para proyectos de la Alcaldía Miguel Hidalgo.
También votó tres veces en contra del rescate del Parque Reforma Social, para lo que habíamos solicitado el destino de 250 millones de pesos, con lo que se busca dotar de seguridad jurídica al espacio verde para evitar la construcción de edificios, pero también fue rechazado.
Lo anterior resulta por demás alarmante, porque, aunque presentamos diversas alternativas tanto en el paquete de ingresos como en el de egresos para rescatar el Parque Reforma Social, la mayoría de Morena desaprovechó la oportunidad de reivindicarse con los vecinos de Miguel Hidalgo y usando el mayoriteo, la aplanadora legislativa, evitó etiquetar los recursos para la adquisición de este espacio.
¿Quién pierde con la aprobación del presupuesto 2019? Claramente la ciudad y sus habitantes. Es preocupante ver el desapego social con el que Morena se conduce e impone; aprobó un presupuesto alejado de las reales necesidades sociales. Dejó pasar la oportunidad de marcar diferencia, de hacer historia.
