Después de que los designadores hicieron, el pasado fin de semana, su pernicioso trabajo, esperemos que para la octava jornada lo mejoren sensiblemente, ya que contarán prácticamente con toda la plantilla de silbantes. Se incorporan los que salieron de viaje: Adonai Escobedo, Luis Enrique Santander, Fernando Hernández, Fernando Guerrero y Marco Antonio Ortiz; incluso Roberto García, que no había aprobado los exámenes físicos, pues ya lo ocuparon como cuarto oficial en Pumas-América; así como de central en Copa con Veracruz-Zacatecas. Ello sin olvidar que Ortiz Nava, que estaba lesionado por aquella fractura en la liguilla pasada, también reapareció pitando en esta semana de Copa con Pumas-UdeG.
Como tal, esperemos que no se encarten los designadores y realicen las designaciones con justicia y sentido común arbitral, pues no podrán menoscabar o ignorar a varios de los que actuaron en la séptima jornada, que lo hicieron con solvencia, por lo que merecen repetir. Como es Diego Montaño, al realizar su trabajo en Tijuana-Veracruz, o el enrachado Eduardo Galván, que en Cruz Azul-Santos vuelve a poner de manifiesto su entrega física, a la que habrá que adicionarle el buen uso de las tarjetas, a las cuales se le pudiera cuestionar que fueron muchas, cinco para cementeros y dos para los laguneros, pero todas tuvieron sustento de regla.
Y qué decir de Francisco Chacón por su desempeño en Tigres-Necaxa, en donde vuelve a mostrar credibilidad y personalidad, provocando que los equipos se comporten adecuadamente, sancionando sólo 15 infracciones y no usando tarjetas.
Otro árbitro que considero se ganó su repetición es César Arturo Ramos, que condujo con acierto el juego con el entorno más difícil, Pumas-América, al que podrían cuestionarle que se excedió en diálogos con los porteros y que, al finalizar, también da demasiadas explicaciones al portero Marchesín y al director técnico americanista y que, a la distancia, da la impresión de salirse de sus casillas. Pero lo más importante es que no influyó en el resultado y conducción del partido.
Por otro lado, no me atrevo a diagnosticar si repiten a Jorge Isaac Rojas, que no sancionó el penal de Mier al minuto 64 en el clásico tapatío. Pudieran argumentar que para el VAR tampoco existió y, como tal, no hubo error claro y manifiesto de Rojas Castillo y lo pondrían a dirigir en esta octava jornada y, así, ligar su séptima designación en lo que va del torneo y ser el líder en ese aspecto.
