CIUDAD DE MÉXICO.
Esta vez no habrá una mamá que tenga que salir de la función porque su hijo está gritando o quiere levantarse de su butaca, mover los brazos y correr. Simplemente, todos a su alrededor entenderán y la apoyarán si así lo requiere.
Se trata de una función incluyente que dará la obra Vaselina, en el Teatro San Rafael, de la Ciudad de México, para personas que viven con autismo, Asperger, síndrome de Down y otras condiciones.
Será la segunda vez que suceda en México (la primera fue con el musical El rey león, el año pasado) y todos los involucrados en su realización están más que orgullosos de que el mundo del entretenimiento en el país esté siendo cada vez más solidario.
Se trata de crear una conciencia social y el teatro es uno de los antídotos contra la barbarie, así que parte de la lucha es abrir las puertas a todos, no debemos excluir a nadie. Nadie es normal ni nadie es anormal, todos somos individuos y nuestra obligación es que el teatro sea para todo mundo y a nosotros nos complace mucho dar esta función”, dijo a Excélsior Morris Gilbert, productor de la obra.
La acción nació en la organización Iluminemos de Azul, que busca crear conciencia y empoderar a la sociedad a favor del autismo. Ellos, replicando el modelo de entretenimiento inclusivo que se hace en Nueva York y Londres, propusieron a la productora Mejor Teatro la realización de una función extraordinaria.
Es muy grato poder hacerlo. Nosotros tenemos las puertas siempre abiertas, tenemos una responsabilidad con la sociedad y tenemos que ser solidarios. Hay muchas cosas que el teatro hace para ser incluyente, pero no lo decimos porque no se trata de presumir sino de ayudar. Hay que considerar siempre a todos y ser lo más incluyente que se pueda, hay que ayudarnos los unos a los otros siempre”, agregó el productor.
Para esta función se harán algunas modificaciones desde la producción. Reducirán el volumen de la música y las voces, y se iluminará levemente la sala en lugar de dejarla a oscuras. También, evitarán ruidos sorpresivos como explosiones o ruidos de cierres de puertas y quitarán las luces estroboscópicas enfocadas al público durante la escena del tema Rayo rebelde, donde salen los chicos cantando sobre un auto.
De igual forma, sólo se llenará el teatro a 90% de su capacidad para facilitar el desplazamiento y la comodidad de quienes asistan.
Todos estos cambios tienen una razón de ser. Gerardo Gaya, presidente ejecutivo de la organización Iluminemos de Azul, platicó a Excélsior que uno de los retos para la sociedad es comprender que los niños que viven con autismo o Asperger interpretan diferente los estímulos de su entorno.
“Una obra de teatro, el cine o la misma calle pueden resultar sumamente invasivos para los niños con autismo o Asperger. Pero tampoco es física cuántica; simplemente se hicieron cambios leves para que los estímulos que reciban no sean invasivos”.
El objetivo, agregó Gaya, quien también es padre de un niño con autismo, es generar un entorno de comprensión. Incluso, tanto los actores como el equipo de producción y el personal del teatro asistieron a talleres y otras actividades de sensibilización para facilitar la empatía entre ellos y el público de esa tarde.
Una de dichas actividades fue la visita a Monarch Therapy School, un colegio —incorporado a la Secretaría de Educación Pública— que ofrece educación terapéutica a niños y adolescentes con espectro autista y otras condiciones neurológicas.
Ahí, cuatro de los actores de Vaselina, invitaron a los alumnos a la función de mañana a las 13:30 horas, que además estará abierta al público en general, con venta de boletos por internet y en las taquillas del Teatro San Rafael.
Pretendemos que tengan esa sensibilidad y que estén conscientes de los retos que puede presentar una persona con autismo durante la función, como que grite, corra o que no pueda controlar sus emociones y brinque. Que sepan que no pasa nada y que ellos no son cosas. Hay que sensibilizarlos, que comprendan que lo que necesitamos es que el entorno esté a su favor, que la barrera está en nosotros que tenemos prejuicios”, señaló Gaya durante la visita a la escuela, ubicada en Cuajimalpa.
Por su parte, Jennikate Estavillo, directora y fundadora de Monarch Therapy School, mencionó que uno de los principales problemas es que los niños o adolescentes que viven con autismo o una condición similar son segregados por la sociedad, de tal forma que la visita de los actores y la función misma servirán para que ellos pongan en práctica sus herramientas y habilidades de convivencia.
Los actores, Sofía Montaño (Chiquis), Ivonne Garza (Licha), Pepe Navarrete (Tacho) y María Elisa Gallegos (Sonia) consideraron aleccionadora la visita, pues aprendieron más de la diversidad neurológica y a comprender que el entretenimiento debe ser para todos.
hch