Yihadistas asumen ataques de Pascua

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DAMASCO.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó los atentados contra iglesias, hoteles y zonas residenciales en Sri Lanka, que han dejado hasta ahora al menos 321 muertos y más de 500 heridos.

Sin embargo, no presentaron ninguna prueba de su autoría o vinculación con los ataques.

A través de un mensaje publicado por la agencia de noticias Amaq, afín al grupo, el EI aseguró que la cadena de atentados fue llevada a cabo por “combatientes yihadistas”.

Agregaron que tuvo como objetivo los ciudadanos de los países de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

Al respecto, el ministro de Defensa, Ruwan Wijewardene, reportó que la primera investigación reveló que los ataques fueron en represalia por la masacre de Nueva Zelanda.

El domingo pasado, durante las celebraciones de Pascua, terroristas cometieron ocho ataques, en iglesias y hoteles de lujo.

BUSCAN A HERMANOS

Dos hermanos musulmanes de Sri Lanka figuran entre los kamikazes que cometieron los atentados.

Los hombres, de unos 20 años de edad, tuvieron un papel clave en los ataques.

Los señalados, cuyo nombre fue reservado, operaban una célula terrorista familiar, de acuerdo con las primeras investigaciones de las autoridades del país asiático.

Ellos se hicieron estallar el domingo por la mañana en el  Cinnamon Grand Hotel y el Shangri-La de Colombo, respectivamente. Además, estaba programada una cuarta explosión, la cual falló.

El gobierno decretó estado de emergencia y declaró un día de luto nacional ayer.

 

“Me persigue el llanto”

Piyasri Gunasena raramente cava más de una tumba al día en el cementerio de Sri Lanka. Para ayer, a media tarde, había cavado diez.

Ha sido el periodo de más actividad, ni siquiera durante la guerra había tanto trabajo”, explicó.

En un día cualquiera, Gunasena corta el pasto, examina las tumbas y, si es necesario, cava una.

Pero tras la serie de atentados, los ataúdes no paran de llegar.

Para él, es desgarrador pese a los años de experiencia. Entre las víctimas cuya tumba cavó, estaba la de un bebé de 11 meses de edad.

Cuando veo a gente llorar, me siento muy triste. El sonido de sus llantos me persigue, no me abandona”, compartió el budista, quien dijo que reza para aclarar su mente.

-AFP





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